Estimado don Oscar: Como siempre he leí­do su columna. Hace tres o cuatro años con pelos y señales se publicó una mi nota respecto a las actitudes del colega Quesada, sobre la jugosa indemnización y sobre el tupé que se da de ser honesto e impoluto. Me amenazó con llevarme al Tribunal de Honor del CANG. Pero le riposté. Ahora como dice usted lloriquea. Los suplentes de la CC también ganan dinero, pero esto es un secreto, no solo cuando integran la Corte, aparte de esa gran influencia que ejercen, como una especie de patente de Corzo. En fin, comparto plenamente con usted lo dicho. (También sobre el editorial).