Llegó la hora de votar


En el Tribunal Supremo Electoral y las juntas departamentales recaerá la responsabilidad de garantizar la transparencia del proceso electoral este domingo.

Lucy Barrios

En medio de un clima de violencia social que le ha segado la vida a 43 candidatos y activistas polí­ticos, la vigencia de la nueva Ley Electoral, la apatí­a ciudadana, una oferta electoral carente de propuestas innovadoras y una intensa campaña negra, los ciudadanos guatemaltecos nos encaminamos a elegir, este domingo nueve, a las autoridades que regirán los destinos del paí­s durante los próximos cuatro años.


Por sexta vez, desde el inicio de la apertura democrática, 5.9 millones de ciudadanos aptos para votar elegirán entre las 14 organizaciones polí­ticas que han postulado candidatos presidenciales, vicepresidenciales, 158 diputados, 332 alcaldes y sus corporaciones municipales.

Aunque la historia electoral refleja que ha habido candidatos muy votados ?como Vinicio Cerezo en 1985 y Alfonso Portillo en 1999- hasta la fecha ninguno ha logrado hacerse de la Presidencia de la República en primera ronda electoral, que exige el 50% más uno del total de votos validados. Estas elecciones no serán la excepción.

A lo largo del proceso, ílvaro Colom, favorito indiscutible desde 2004 y hasta inicios de este año, fue perdiendo terreno como consecuencia de la falta de una propuesta polí­tica convincente que unida a una organización electoral inestable y sin lí­neas claras de mando generó una imagen de un candidato débil.

Mientras tanto, Otto Pérez se aferró a la idea de «mano dura» y de su estribillo «se necesita carácter y decisión» y aunque no explica el contenido de su lí­nea, y por momentos hasta la contradijo, como al promover el juicio polí­tico contra el ex ministro de gobernación, Carlos Vielmann, se ha acercado a su principal contendiente al punto de que los sondeos los sitúan en un virtual empate.

Cómo llegamos al nueve

Este domingo concluirá un proceso que dio inicio en el 2006 cuando los partidos polí­ticos intensificaron sus actividades buscando su participación electoral, con la designación de candidatos a los principales cargos de elección popular, elaboración y propuesta de sus plataformas programáticas y la nueva normativa legal que implicaba el control y fiscalización del financiamiento electoral.

En el proceso de escogencia de los candidatos, el sector privado organizado movió sus piezas y logró situar en posiciones privilegiadas a varios de sus allegados, particularmente en la elección de candidatos a la Vicepresidencia de la República. Según la activista en derechos humanos, Hellen Mack, los empresarios buscaron mantener el control del paí­s en las áreas económica, social y de seguridad, toda vez que el Vicepresidente coordina esos gabinetes. Ese posicionamiento, según analistas, le garantiza al sector privado que la polí­tica económica y social del paí­s no varí­e.

Entorno complejo

Además, la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, ASIES, señala que el proceso electoral se efectúo en medio de un entorno complejo. Por un lado, el paí­s sigue experimentando un persistente clima de violencia social, lo que ha intensificado en el ánimo de la población guatemalteca la sensación de inseguridad, a la vez que de incertidumbre acerca del futuro.

Unido a lo anterior, han incidido los tradicionales indicadores de pobreza, exclusión y bajos rendimientos económicos; así­ como la salida a luz de la expansión del crimen organizado y la corrupción en la policí­a, ejército, fiscales y jueces, situación que quedó al descubierto tras el asesinato de los diputados al Parlamento Centroamericano, en febrero pasado.

Estos hechos fueron precedidos por la intervención de dos bancos: Bancafé y de Comercio, situación que unida a la falta de circulante, generó desconfianza en la ciudadaní­a. La primera trajo consigo la caí­da precipitosa del virtual candidato presidencial de la Gana, Eduardo Gonzáles y como consecuencia el deterioro de la imagen del partido en el gobierno, que con Alejandro Giammattei como candidato presidencial se ha situado en una tercera posición en la intención de voto; aunque muy por debajo de ílvaro Colom y Otto Pérez, quienes encabezan los sondeos de opinión.

Por otro lado, los partidos polí­ticos y la autoridad electoral desarrollaron su quehacer en medio de una nueva normativa que busca mejorar la representación y participación ciudadana, todo ello en el marco de una campaña que no logró generar el entusiasmo e involucramiento activo de la ciudadaní­a.

Sin conocerse financistas

Si bien la Ley Electoral establece que los partidos polí­ticos deben informar al Tribunal Supremo Electoral los nombres de quienes financiaron su campaña y se estableció como techo máximo de inversión electoral Q44 millones, los partidos incumplieron con revelar la procedencia de su financiamiento electoral, limitándose a indicar que los recursos provení­an de sus afiliados y en algunos casos de empresas cercanas a sus candidatos.

Las elecciones del próximo domingo constituyen un verdadero test para un TSE débil en la administración de la descentralización de las mesas receptoras y con baja autoridad para imponer las normas que rigen el proceso a los partidos

Aunque los magistrados de este TSE ya condujeron las elecciones de 2003, la complejidad de manejar las reformas a la Ley Electoral aprobadas en 2004, le dan un carácter inédito a este proceso. La manera como se lleve también servirá de parámetro para la segunda vuelta, del 4 de noviembre, crucial para la elección del jefe de gobierno.

Cifras de posibles conflictos

* 681 centros de votación instalados en el área rural podrí­an causar problemas de logí­stica por la lejaní­a e inaccesibilidad.

* 13 departamentos podrí­an ser escenario de incidentes producto de los resultados electorales.

* El clima podrí­a provocar que carreteras se deterioren más y no se permita el acceso a centros de votación.

* 2,060 centros de votación funcionarán.

* 681 circunscripciones electorales se sumarán a las ya organizadas en los 332 municipios.

* 13,756 mesas electorales funcionarán en todo el paí­s, 44% más que en 2003.

* 71,237 personas desplegará el TSE para atender a votantes.