Los cuerpos de los dos guardias civiles españoles y su intérprete, asesinados ayer en Afganistán en un ataque reivindicado por los talibanes, llegaron hoy a la base de Torrejón (centro de España), donde fueron recibidos por el presidente del gobierno.
Los cuerpos de los dos guardias civiles y su intérprete españoles muertos a tiros el miércoles en Afganistán por un talibán llegaron hoy en avión a la base de Torrejón (centro de España), donde fueron recibidos por el presidente del gobierno.
Los cuerpos llegaron en un avión de la fuerza aérea española a la base militar de las afueras de Madrid, donde les esperaba el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, varios ministros, miembros de la Guardia Civil y familiares.
El funeral por los dos agentes, al que asistirá el príncipe heredero, Felipe de Borbón, y su esposa, Letizia, se oficiará por la tarde en el cuartel al que pertenecían, en la ciudad de Logroño (norte), mientras que el del intérprete tendrá lugar en Zaragoza (norte), según varios medios.
El capitán José María Galera y el Alférez Abraham Leoncio Bravo, de 33 años, y su intérprete, el iraní nacionalizado español Ataollah Taefik, de 54, fueron asesinados a tiros el miércoles en la base española de Qala-i-Naw (noroeste de Afganistán) durante un curso de formación de policías afganos.
Fueron tiroteados por el conductor de uno de los guardias civiles.
Los talibanes reivindicaron el ataque el miércoles en un comunicado en su página en internet en el que indicaron que el autor de los hechos tenía «una conexión especial» con ellos.
El conductor «siempre decía que se vengaría de los soldados ocupantes después de haber visto con sus propios ojos las injusticias y la conducta de los ocupantes hacia los residentes inocentes», según el portavoz talibán Zabihula.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, manifestó el miércoles que «se trata de un atentado terrorista», aunque dijo desconocer si fue obra de los talibanes.
Además estimó que la misión de la OTAN de formación de la policía afgana a la que pertenecían los fallecidos es «imprescindible antes de poder abandonar Afganistán» y aseguró que los efectivos españoles que la realizan continuarán con ella.
El gobierno de Estados Unidos reiteró el miércoles que «aprecia las contribuciones de España» a la misión de la OTAN en Afganistán, «particularmente el entrenamiento vital que la Guardia Civil imparte con distinción para preparar a las fuerzas afganas para que asuman la responsabilidad de su propia seguridad».
Tras el asesinato se produjeron disturbios en el exterior de la base española, adonde trataron de entran cientos de afganos enfurecidos por la muerte de su compatriota que fueron dispersados. Al menos 25 personas fueron heridas.
España tiene un contingente de unos 1.500 militares en Afganistán en el marco de la Fuerza de Asistencia a la Seguridad (ISAF) que están desplegados en el oeste del país.
La Guardia Civil española tiene desplegados en Afganistán a 37 efectivos integrados en diferentes misiones.
Hasta el momento habían muerto ocho militares españoles en ataques en Afganistán, el último en febrero.