Las ventas de regalos de los Reyes Magos en México se redujeron este año 10%, según un estimativo de la Asociación Mexicana del Juguete, en una economía abatida por uno de sus más pobres desempeños en décadas.

Pese a la ola de frío que afecta a la capital, los niños mexicanos salieron ayer a los parques y calles para estrenar bicicletas, patines y otros juguetes, ante la mirada vigilante de los padres.
«Siempre es bueno verlos sonreír, aunque cueste un poquito», dice Manuel Rosas, un ingeniero de 32 años, mientras observa a su hija Renata de ocho años que intenta domar unos patines que los Reyes Magos dejaron en premio a su buen comportamiento.
Desgraciadamente no todos sonríen. El presidente de la Asociación Mexicana del Juguete (Amiju), Miguel Angel Martín, estimó que el sector venderá un 10% menos que en años anteriores, por lo que sus ingresos anualizados serán de 1.780 millones de dólares.
La «contabilidad final (estará lista) el 10 de enero, pero ya podemos anticipar una disminución de 10%, según se deduce de los menores pedidos de los almacenes», dice Martín, quien prevé que las menores ventas provocarán también pérdidas de empleo.
Según una estimación de la Profeco (Procuraduría Federal para el Consumidor), un organismo que defiende los intereses de los compradores, cada familia de las ciudades mexicanas gastará en promedio unos 900 pesos (cerca de 70 dólares) en regalos para los más pequeños.
México tiene una población de 32,5 millones de personas de entre cero y 14 años, que lo convierte en el país de mayor tamaño donde se mantiene la tradición española de entregar regalos a los pequeños en la fiesta de la Epifanía.
Según la Amiju, el comportamiento de la temporada de diciembre y enero, que concentra cerca del 70% de sus ventas anuales, ha sido en 2009 particularmente difícil por los efectos de la crisis que vive la segunda economía de América Latina, que caerá este año 7%, como consecuencia de los problemas en Estados Unidos, principal destino de sus exportaciones.
Tampoco sonríen los pequeños comerciantes, que se quejan de lo que consideran competencia desleal de los productos piratas que distribuyen vendedores callejeros y las políticas de descuentos de las grandes tiendas de almacenes.
De hecho, José Caudillo, presidente de la cámara de pequeños comerciantes de la ciudad de México (Canacope), estima que hay «unos 18.000 pequeños negocios en riesgo de cerrar por la competencia desleal». Eso significaría más desempleo en un país que ya cuenta con casi 3 millones de personas sin trabajo.
Los pequeños comerciantes enfrentan además dificultades por el cambio de gustos de los pequeños, orientados ahora más hacia novedades tecnológicas que a los juegos tradicionales.
«Los juguetes con más éxito en esta temporada son los electrónicos, como las consolas de videojuegos, entre otros, que registran un crecimiento sostenido», señala el presidente de la Amiju.
Por el contrario, las ventas de otros productos, como los camiones de madera, las muñecas, animales de peluche y juegos de mesa, «han disminuido en comparación con los otros años», agrega.