Llaman a huelga de transportes


La conflictividad social ha aumentado en Francia desde la llegada de Nicolas Sarkozy a la Presidencia. Esta semana, se espera que esté llena de protestas en Parí­s.

El principal sindicato del tranporte colectivo de Parí­s (metro, buses, tranví­as y trenes suburbanos) anunció el jueves pasado un paro de actividades para el próximo miércoles 14, contra la reforma de los regí­menes especiales de jubilación que propone el gobierno de Nicolás Sarkozy.


El sindicato CGT (comunista) del organismo de gestión de los transportes colectivos en la región de Parí­s (RATP) indicó que presentaba oficialmente un anuncio de huelga y dejaba a los trabajadores la iniciativa de prolongar el movimiento.

La organización sindical, mayoritaria en la RATP, se unió al sindicato SUD minoritario, que desde comienzos de mes habí­a anunciado una «huelga ilimitada» a partir del 14 de noviembre.

Otras dos centrales sindicales de la RATP podrí­an también unirse al paro y debí­an pronunciarse al respecto este jueves en la tarde.

Los trabajadores de la RATP se oponen a un proyecto de reforma de los regí­menes especiales de jubilación que propugna el gobierno y que pretende aumentar a partir de 2008 el tiempo de cotización para el retiro de 37,5 a 40 años.

Por este mismo motivo, los trabajadores de la estatal sociedad de ferrocarriles SNCF iniciarán un paro a partir del próximo martes a las 19H00 GMT.

Otro tanto harán ese mismo dí­a a partir de la mañana, los del gas y la electricidad (EDF y GDF).

El 20 de noviembre serán los funcionarios públicos los que cesarán sus actividades durante la jornada, en protesta contra lo que consideran un «desmantelamiento del servicio público» por parte del gobierno, y para obtener una mejora del poder adquisitivo.

El presidente Sarkozy anunció en agosto un proyecto para suprimir unos 23.000 puestos de trabajo de la función pública, principalmente mediante el no remplazo de aquellos que jubilan.

El 18 de octubre, un primer paro del transporte provocó serios trastornos en el paí­s durante varios dí­as, pero no consiguió obtener concesiones de parte del gobierno.

En 1995, tres semanas de huelgas en el transporte y manifestaciones masivas en la calles obligaron al gobierno de la época a echar pie atrás en una reforma similar a la que se pretende llevar a cabo actualmente.

Reformas

El primer ministro francés Franí§ois Fillon reiteró el miércoles pasado su determinación de reformar los regí­menes especiales de jubilación, a pesar de las nuevas huelgas previstas para la semana próxima, haciéndose eco de lo formulado en Washington por el presidente Nicolas Sarkozy.

«Se va a hacer, y ya he demostrado en el pasado que no soy de los que ceden», declaró Fillon a la radio Europe 1.

«Hay que ponerse en el lugar de la gente que lucha para mantener una ventaja o lo que consideran como una ventaja adquirida», comentó.

«Siempre han visto que el gobierno cede», agregó.

Sin embargo, manifestó la esperanza que no habrá una huelga prolongada y que «prevalecerá el buen sentido».

Para mediados de noviembre, Francia se prepara para vivir una serie de huelgas, sobre todo en los transportes, contra la reforma de regí­menes especiales de jubilación que benefician a ciertas profesiones y las supresiones de puestos de trabajo entre los funcionarios.

El 18 de octubre, una primera huelga generó una importante movilización y provocó la casi paralización de los transportes.

El martes, de visita en Estados Unidos, Sarkozy aseguró también que no cederí­a en esta reforma emblemática de su voluntad de «ruptura».

«Habrá huelgas, manifestaciones pero aguantaré, no porque soy testarudo sino porque es en interés de mi paí­s (…) no hay que echar pie atrás», habí­a declarado.

A partir de 2008, el gobierno quiere reformar los regí­menes especiales de jubilación, prolongando la duración de las cotizaciones hasta 40 años para obtener una pensión completa de retiro, en lugar de los 37,5 años actualmente.

Estos regí­menes benefician a 500.000 asalariados (y 1,1 millón de jubilados) frente a unos 18 millones de asalariados del sector privado, y permiten en algunos casos dejar de trabajar a los 50 años en condiciones ventajosas.

En otro orden, pero en la misma entrevista, Fillón reiteró que el objetivo de crecimiento en Francia será de «más o menos 2,5%» en 2008.