Llamado de Kadhafi a islamización irrita a católicos


Moamer Kadhafi (I), lí­der libanés, en su visita a Silvio Berlusconi, primer ministro italiano. FOTO LA HORA: AFP ANDREAS SOLARO

Los llamados a una conversión de Europa al islam lanzados por el lí­der libio Muamar Kadhafi durante una visita oficial a Roma, que terminó hoy, provocaron malestar en los medios católicos y hasta en la mayorí­a de derecha de Silvio Berlusconi.


El Vaticano observó un silencio calificado de desdeñoso por la prensa. Su diario l»Osservatore Romano ni siquiera mencionó la presencia en Roma, el corazón del Papado, del lí­der libio, con su tienda beduina, sus «amazonas» (guardaespaldas) y sus 30 purasangres con sus jinetes bereberes.

Sin embargo, el secretario de la Congregación para la evangelización de los pueblos, Robert Sarah, lamentó las declaraciones de Kadhafi sobre el islam y las calificó de «provocación» y «falta de respeto hacia el Papa e Italia, paí­s mayoritariamente católico».

«Hablar de un continente convertido en bloque al islam no tiene ningún sentido porque son las personas las que deciden solas y en plenitud de conciencia ser cristianas, musulmanas o de otra religión», declaró al diario Repubblica.

Kadhafi hizo esas declaraciones el domingo ante 500 mujeres seleccionadas por una agencia, y luego al recibir a otras 200, todas ellas pagadas para escuchar al lí­der libio.

El diario del episcopado italiano, Avvenire, también criticó una «sesión de propaganda islámica», «deliberadamente folclórica», preguntándose cómo en una «Italia tolerante y pluralista», «de profundas raí­ces cristianas» pudo librarse Khadafi a «un espectáculo de proselitismo».

No obstante, salvo la oposición de izquierda que denunció un mercadeo económico entre Berlusconi y Kadhafi, nadie criticó abiertamente la actitud comprensiva del jefe de gobierno italiano con su turbulento invitado. Hubo quienes subrayaron la utilidad del tratado de amistad bilateral entre Italia y Libia, cuyo segundo aniversario celebraron el lunes los dos lí­deres, para reforzar sus ví­nculos económicos.

Pero el malestar era palpable en los medios católicos.

Maurizio Lupi, vicepresidente de la Cámara de Diputados, y miembro del PDL de Berlusconi, se preguntó en una carta publicada por La Stampa, si «es oportuno ofrecer nuestro paí­s como escenario de los «shows» del rais».

«Es ciertamente fundamental para nosotros desarrollar relaciones diplomáticas privilegiadas con Libia, pero ¿por qué no se ven escenas semejantes en Alemania u otros paí­ses?», se pregunta.

Reacción similar se produjo por parte del popular presidente de la región de Venecia (noreste), Luca Zaia, alto responsable de la Liga Norte, partido aliado de Berlusconi.

«Que Kadhafi vaya a hacer en su casa sus llamados a la conversión. No me gustó nada su proselitismo de la islamización», declaró al diario Mattino di Padova. «Como invitado, no tiene un gran sentido de la educación. Deberí­a limitarse a las cuestiones del acuerdo económico y comercial suscrito por Italia y por Libia», dijo Zaia.

El diario de la Liga, la Padania, fue incluso más directo: «Europa debe ser cristiana», titulaba el martes en toda su primera página.

Para este diario, «el deseo, o quizá la amenaza de Kadhafi, hacen reí­r» ya que ha acostumbrado a su auditorio «a su folclore y a sus excesos». Pero su invitación a la conversión al islam debe llevar a Europa a replicar afirmando sus valores cristianos, según la Padania.