La antorcha de los Juegos Olímpicos de Pekín pasó hoy por Camberra sin incidentes graves pero con manifestaciones y tensión entre la policía australiana y los agentes chinos que la custodian.
Tania Major, una joven en representación de los aborígenes australianos, fue la primera de los relevistas que recorrieron los 16 km del itinerario de la llama olímpica por Camberra, donde se desplegaron más de 500 policías.
«Globalmente, todo fue tranquilo. Estamos muy contentos por cómo se desarrolló todo», dijo un portavoz de la policía.
El ministro responsable del territorio de Camberra, Jon Stanhope, incluso calificó la etapa australiana como «la mejor» desde el inicio del periplo tras el encendido de la llama, el 24 de marzo, en la ciudad griega de Olimpia.
A lo largo del recorrido se produjeron manifestaciones esporádicas pero que no lo perturbaron.
Sin embargo, hubo algunos momentos de tensión entre la policía federal australiana y los escoltas chinos que protegen la antorcha en sus relevos por el mundo y que han sido criticados por su rudeza.
El jefe de la policía de Camberra, Mike Phelan, habló de «un pequeño malentendido de comunicación» al comienzo del relevo.
Ayer, las autoridades de Camberra prometieron que los agentes chinos -siempre vestidos de blanco y azul- sólo tendrían un papel «técnico».
Pese a la ausencia de incidentes graves, hubo siete detenciones: cinco manifestantes pro chinos y dos pro tibetanos.
Las fuerzas del orden mantuvieron separados a los miles de manifestantes pro chinos presentes en el recorrido y los partidarios pro tibetanos, menos numerosos.
«China siempre unida», «Alto a las mentiras», gritaron los pro chinos, mientras que los manifestantes a favor de Tíbet corearon «China, vergí¼enza», «Derechos Humanos para Tíbet».
Un avión sobrevoló el recorrido de la antorcha mientras dejaba en el cielo la frase «Tíbet Libre». Poco después se vio otro aparato con una pancarta que decía «Adelante los Juegos Olímpicos de Pekín».
El portavoz del comité olímpico australiano, Mike Tancred, comparó el ambiente al de un partido de fútbol. «No fue mal. Sabíamos que había tensiones pero… todo estuvo tranquilo en la mayor parte del recorrido», dijo.
«Creo que más de 10 mil miembros de la comunidad china llegaron a Camberra desde Melburne y Sídney», añadió.
La llama olímpica, símbolo de paz y amistad entre los pueblos, se ha convertido en un pesado fardo para China por las protestas e incidentes contra la represión china en Tíbet que ha desencadenado su periplo mundial, sobre todo en Londres y París.
El martes, el relevo indonesio quedó reducido a un recorrido por un estadio cerrado y rodeado por miles de policías.
Japón es la próxima etapa de la llama olímpica, el sábado, en Nagano (centro), donde las autoridades ya prometieron autorizar manifestaciones.
Las restantes etapas del periplo también levantan una fuerte polémica. Las autoridades surcoreanas prevén el despliegue de cien agentes de élite que protegerán el domingo el recorrido de la llama por Seúl, donde se espera la presencia de miles de manifestantes y posibles disturbios.
El paso de antorcha por Tíbet, del 19 al 21 de junio, y su subida al Everest también se anuncia problemático.
Al parecer, China decidió cerrar bruscamente la puerta hoy a los medios de comunicación extranjeros a la etapa en el Everest al negarse a aceptar los pagos de las principales agencias mundiales, incluida la AFP, de los billetes aéreos para Lhasa de sus periodistas.
La negativa se produce después de las protestas periodísticas por haber limitado un viaje de prensa internacional al campo base del Everest desde donde partirá la antorcha.