Literatura para infantes con discapacidad visual


Herberth Pineda

Agencia de Noticias LA NANA

«No se trataba de un viento cualquiera, era un viento huracanado auténtico, un huracán. ?¿A dónde nos llevas, viento?, preguntaron Lim y Plomo ? Ni yo mismo lo sé, silbó el viento. De momento me dirijo al Norte, hace mucho que no he estado en la Tierra, ¿Por qué me lo preguntan? ? Porque somos novatas, apenas hace unos dí­as que salimos del interior de la tierra. – ¿Y qué tal se está allí­, cómo es aquello? Nunca he estado en el interior de la Tierra, porque no hay modo de entrar, pero soy muy curioso y me gustarí­a saber cómo es, si oscuro o caliente. ? No tiene nada de particular, dicen que no has visto piedras preciosas y diamantes relucientes como el sol, rubí­es rojos como la sangre, esmeraldas como la hierba o la misteriosa piedra luna tan enigmática, como el propio astro de la Tierra.»


Este es un fragmento del cuento «Un Copo de Nieve», uno de los textos literarios para infantes, traducido al sistema de escritura Braille, para personas con discapacidad visual. El mismo fue leí­do por Betzy González, alumna de la Escuela Santa Lucí­a, ubicada en la zona 10 capitalina.

La tecnologí­a, un apoyo más

El Centro de Tecnologí­a de la información y la Comunicación, Centic, para personas con discapacidad sensorial, visual y auditiva, cuenta actualmente con una gran variedad de libros electrónicos, los cuales sirven de apoyo para la educación de niños, niñas y jóvenes con deficiencia visual, parcial o total, dice Antonio Estrada, instructor de dicho Centro. «Los libros son consultados por medio de la computadora y la ayuda de dos programas especiales de apoyo para personas con esta discapacidad, un programa lector de pantalla que transmite la información que está almacenada en la computadora por medio de voz y sonido a través de las bocinas y un programa ampliador de pantalla que magnifica o aumenta todo lo que se puede ver en el monitor de la computadora, como si fuera una lupa», explica el maestro.

Además, en el Centic se cuenta con una biblioteca virtual, «con muchos libros clásicos de varios autores como Homero, Alan Poe, Cervantes, Shakespeare, Dante, Darwin, Rubén Darí­o, Garcí­a Lorca y otros más», comenta Estrada.

Lo más importante de señalar es que en el centro también hay libros de cuentos infantiles en formato de animaciones flash para que los infantes puedan disfrutarlos, agrega Estrada. «Brindamos asesorí­a a las personas que desean buscar libros por Internet, orientándolos hacia las páginas más adecuadas», concluye.

La Unidad de Producción Bibliográfica

El Comité Pro Ciegos y Sordos de Guatemala cuenta con un centro especializado para producir masivamente textos de diferente tipo al sistema Braille, siendo este la Unidad de Producción Bibliográfica, UPB, el cual se encuentra ubicado en el conocido Hospital Pro Ciegos, ubicado en la zona 11 de la ciudad capital.

La UPB cuenta con equipo de alta tecnologí­a que ha sido obtenido por el mismo Comité a través de donaciones, así­ como por acciones propias. Gabriel Escobar, encargado de la UPB, explica que ahí­ se producen a solicitud de la Escuela Santa Lucí­a y de la Sala Braille los textos para personas no videntes. «Aquí­ se han producido las diferentes obras literarias para las y los niños, los cuales se han hecho a pedido de la Escuela y de la Biblioteca Nacional, sin embargo, nuestra mayor limitación es la falta de personal para poder producir más de lo deseado».

El proceso de producción se ha facilitado gracias a la tecnologí­a, el mismo lleva distintas etapas de elaboración, que van desde la digitalización de los contenidos, hasta la impresión rápida en una impresora especial, la misma fue donada por la Organización Nacional de Ciegos Españoles, ONCE. Además, actualmente se han iniciado con la producción de textos didácticos de la materia de matemáticas, en la cual trabaja José Roberto López. El equipo de trabajo lo complementa Loyda Alvarado, quien también tiene deficiencia visual, pero asegura que el esfuerzo se reduce gracias a la tecnologí­a. López indica que lamentablemente se cuenta con más libros didácticos y académicos que con literatura para infantes.

«Queremos más apoyo»

Betzy Alvarado comenta que, así­ como ella, hay más niños y niñas que gustan de la lectura, especialmente de cuentos y poemas. Por lo mismo, hizo un llamado al Presidente electo, ílvaro Colom, para que sea el primer mandatario en poner atención a la infancia con discapacidad. Una de las principales inquietudes de la niña es la instalación de más computadoras para ella y sus compañeros, ya que «es una herramienta que nos ayudarí­a a seguir desarrollándonos».

La maestra de la Escuela, explica que actualmente la Escuela de Santa Lucí­a es financiada solamente por el Comité Pro Ciegos y Sordos, a través de los fondos conseguidos por la venta de la Loterí­a Santa Lucí­a. El resto de programas de Pro Ciegos y Sordos es financiado por el mismo comité, pero lo que hace falta es más atención y voluntad polí­tica para poder llegar al resto del paí­s, ya que solamente en la ciudad capital las y los infantes tienen acceso a la Literatura y otros beneficios.

Para concluir, Gabriel Escobar, quien también cuenta con baja visión, comenta que la UPB, el Comité y la Escuela Santa Lucí­a, así­ como otras organizaciones, siguen y seguirán trabajando para las personas con discapacidad visual, especialmente para las niñas, niños y adolescentes, y llevar más que una educación académica, el acceso a la literatura y sobre todo una integración social, «no queremos que nos separen, sino que se den cuenta que somos capaces como cualquiera otra persona de contribuir a la sociedad, para el desarrollo del paí­s».

Poca literatura para infantes ciegos

La biblioteca de la Escuela de Santa Lucí­a, para infantes con discapacidad visual, cuenta con un considerable número de cuentos, leyendas y fábulas para niños y niñas, así­ como con diferentes textos académicos para los grados de primaria, que se atienden allí­ mismo. Asimismo, en la Sala Braille, se cuenta con unos 100 ejemplares literarios especiales para la niñez.

Sin embargo, comparando el número de niños, niñas y adolescentes con este tipo de discapacidad en el paí­s, la cantidad resulta insignificante, debido a que el acceso que se tiene a los mismos, se limita a aquellos infantes que se encuentran en la capital, zonas aledañas e incluso sólo para los y las estudiantes de la Escuela. Según Gladys Garcí­a, orientadora de dicho centro educativo, hay más libros académicos que literarios, ya que únicamente se tiene traducida al Braille una colección completa de cuentos clásicos que fueron publicados en un medio de comunicación impresa.