Las fuerzas iraquíes están preparadas para controlar el norte del país.
Las fuerzas de seguridad iraquíes «estarían listas a partir de hoy mismo, si fuera necesario», para controlar solas el norte del país, último bastión de la insurrección contra Estados Unidos y de la red islamista Al Qaeda, aseguró el general estadounidense Tony Thomas.
«Hay en la provincia de Nínive 60 mil hombres entre militares y policías iraquíes. Si desapareciésemos mañana, no existe ninguna posibilidad de que Al Qaeda les obligue a retirarse como ocurrió en 2004 y 2005», afirmó el general Thomas, jefe del contingente estadounidense en el norte de Irak, durante una entrevista en la base militar de Marez, en los alrededores de Mosul (norte).
El general Thomas dirige a los 25 mil soldados estadounidenses desplegados en la provincia de Nínive -cuya capital es Mosul- y en la vecina de Diyala, consideradas como las más peligrosas del país, donde la insurrección sigue siendo muy activa.
«Cada día trabajamos para mejorarlas (a las fuerzas de seguridad iraquíes), pero tengo total confianza en el hecho de que ahora son lo suficientemente fuertes y profesionales para poder controlar la provincia de Nínive y mantenerla en un Irak soberano», agregó.
Las tropas estadounidenses ya no desempeñan un papel ofensivo sustancial en la región, asegura el militar norteamericano.
«La mayoría de operaciones están dirigidas por los iraquíes. Son ellos los que establecen los planes, nosotros les ayudamos, con hombres, consejeros o apoyo aéreo, pero le sorprendería ver hasta qué punto se van vuelto autónomos», explica.
«Nosotros vigilamos las cosas, pero todo se hace sin nosotros», afirma, considerando que una de las principales mejoras fue el paso, a principios de 2008, del conjunto de las fuerzas iraquíes bajo el mando único de un general.
Unos 35 mil policías y soldados iraquíes están desplegados en Mosul (370 km al norte de Bagdad), considerada como una de las ciudades más peligrosas del país y el último bastión urbano de Al Qaeda en Irak.
En una muestra de la determinación de las fuerzas iraquíes, el 12 de noviembre, tras el asesinato de dos cristianos en Mosul, el comandante de las operaciones de la provincia, el general Riad Jalal Tufic, fue destituido y remplazado por el general Hasan Karim, procedente del cuartel general de operaciones en Bagdad.
Según una fuente militar iraquí de alto nivel, «llegaron órdenes (de Bagdad) con vistas al traslado (del general Tufic) tras las violentas operaciones de los últimos meses en el distrito de Nínive, principalmente los ataques contra familias cristianas. Estos hechos de violencia obligaron al gobierno a enviar dos brigadas a Mosul para restablecer la seguridad».