Lisa D


Reflexión en las pasarelas. Elisabeth Prantner, modista austrí­aca, ha creado una presentación para hacer reflexionar sobre las contradicciones de la globalización. (AFP / La Hora)

Con su marca Global Concern, la creadora de moda austrí­aca Elisabeth Prantner, alias Lisa D., toma postura, emite un mensaje e invita a reflexionar contra las contradicciones de la globalización.


Su formación de socióloga influye sobre sus creaciones. Hambre, trabajo infantil, guerras o represión de minorí­as. A través de todos estos temas de crí­tica social, Lisa D. quiere «atraer la atención sobre la forma como vivimos y tomar conciencia de todas nuestras contradicciones».

Todas las confecciones de Lisa D. están realizadas en su taller, situado en pleno corazón de Berlí­n, a dos pasos de su tienda de ropa.

Inclinadas sobre sus máquinas de coser, tres costureras a tiempo completo y sus asistentes trabajan con telas importadas en un 90% de Italia.

Elisabeth Prantner, de 50 años y talla de modelo (1,80 metros de estatura), tiene temperamento y adora la experimentación.

Los ingresos de su boutique le permiten darse el lujo de realizar sus proyectos comprometidos y de dimensión artí­stica.

«Global Concern» fue lanzada en 2003.

Nacida en Klagenfurt, Lisa D. partió con 26 años a Nueva York, donde se inició en la costura. Conocida por elegir escenarios insólitos para sus desfiles, la austrí­aca se muestra crí­tica frente a la alta costura que, según ella, celebra «la nostalgia de una época en la que la imagen de la mujer adoptaba aires de diosa o de cuentos de hadas».

En su oficina, contigua a su taller y donde ella deposita sus piezas únicas, la gran dama de cabellos rojos y pequeños ojos chispeantes de malicia muestra un vestido adornado con dibujos de niños llorando por su dura labor.

Muy provocador, «un vestido como éste no entrarí­a jamás en Hollywood», afirma Lisa D.

De la misma marca hay también un vestido hecho con 70 plaquetas de pí­ldoras placebo y «El pequeño negro», un vestido de coctel hecho a ganchillo que muestra a un lado la silueta de un pequeño africano hinchado, marcado por la desnutrición.

También comprometida y polí­ticamente incorrecta es la colección «Boat People» que ataca directamente los métodos de producción, la «explotación» en la industria de la vestimenta en los paí­ses desarrollo.

Su principal enemigo es el grupo sueco H