Tras llevar algunos meses un poco más tranquila de lo habitual, Lindsay Lohan ha vuelto a las andadas montando el escándalo en un local de Los íngeles. Samantha Ronson, su ex pareja, ha sido el objeto de su actitud poco lógica en esta ocasión.
El pasado miércoles Lindsay acudió al local donde trabaja su ex como DJ, Crown Bar, y desde su entrada en el mismo no paró de buscar problemas con la que fuera su novia. Mientras Ronson trabajaba, Lohan estaba por el local y sólo lo abandonó tras arrojarle una copa de vodka a la cara.
Un testigo de la escena comenta que «Lindsay estaba bebiéndose una botella de vodka ella sola. Entonces sacó de su bolso un bote de pastillas, Aderal, las echó en su bebida e incluso le ofreció a una amiga suya. Lindsay no paraba de moverse por el local para ver si Samantha la miraba pero no lo consiguió».
«Samantha Ronson se bajó de su plataforma y empezó a decirle que era una desgracia, que estaba loca y que por qué no se tomaba otra copa. Lindsay le tiró una copa de vodka a la cara y Ronson le arrojó parte de su equipo de DJ a la cara. Una locura».
La situación está completamente fuera de control con una Lohan histérica en cada aparición pública y de escándalo en escándalo. Esperemos que la actriz sea reconducida hacia otros lugares más sanos para su imagen pública y para su salud en general. Ojalá que no sea demasiado tarde para evitar la caída libre en la que se ve inmersa la joven Lohan.