En mi formación de maestro de educación primaria, en la Escuela Normal Central, tuve dos atildados maestros de literatura infantil: El recordado licenciado Adrián Ramírez Flores y el también recordado licenciado Valentín del Valle Góngora, este último oriundo de Petén. No tuve la oportunidad de recibir ese curso con el gran pedagogo de Sacapulas, el licenciado Raúl Aquiles Marroquín, pues cuando él asumió la cátedra a que me refiero, yo ya me había graduado.
Pues bien, gracias a los archivos que están en el internet, logré escuchar el romántico bolero de don Valentín, que se titula “Linda Morena”, interpretado por el mismo autor, con una foto que según se puede notar, fue cuando se graduó de abogado y notario. Y da la casualidad que otro compositor guatemalteco, don Froilán Rodas Santizo, compuso otro bolero con nombre parecido: “Morena Linda”, de la que existe una grabación con la interpretación que hace Hugo Leonel Vacaro. Suerte de las mujeres morenas para ser inspiración de músicos y poetas. Don Valentín dice: “De una linda morena/yo vivo enamorado…” Y don Froilán dice: “Mi corazón es para ti/ morena linda”. El bolero, que identifica a muchos países de América Latina, fue cultivado en Guatemala, en las décadas de los años 40 y 50. Era la época de los tríos, sobre todo mexicanos: Los Panchos, Los Tres Ases, Los Tres Diamantes, los Tecolines…Y en Guatemala, es obligado recordar tríos como Los Murciélagos, Los Ángeles, el Trío Melódico, que nos deleitaban en los programas de la TGW, en la Concha Acústica, cuando ese parque era un lugar para pasar el domingo; y en la mañana, antes de entrar a la Catedral, escuchar a la Banda Marcial dando conciertos de música marcial y música clásica. Y quién no recuerda los preciosos boleros de Amando Parrilla, quizá el más prolijo compositor de este género, o al gran Salomón Argueta, que nos dejó esa preciosidad de danzón, que para mí es una especie de bolero, “Llegarás a Quererme”, tan sentido como el conocido danzón mexicano, “Nereidas”. Y don Valentín no se quedó en el bolero Linda Morena: también compuso otras melodías que están en el cancionero que recopiló Alicia Azurdia y que publicó la Editorial de la Universidad de San Carlos. Yo he tenido la buena estrella de tener amigos y maestros compositores. Como maestros, a don Valentín, a don Aníbal Delgado Requena, a Pastor Gabriel Mencos, que siempre serán recordados por haber nutrido el pentagrama nacional; amigos, como Ovidio Pérez y Pérez, que compuso un bolero olvidado, “Pena Mortal”, que interpretaba la marimba orquesta “Maderas que Cantan”, que dirigía Chema Girón, en los programas del domingo por la mañana, en la Radio Ciros. Y qué decir del gran José Ernesto Monzón, que me enternecía cuando le veía en la carretera a Cuilapa, manejando su moto y con la guitarra en la espalda. Seguramente iba en busca de un paisaje para hacerle una canción: Volcán de Pacaya, Livingston, Soy de Zacapa…Ningún lugar de la patria se le quedó fuera. Ha sido un gran placer recordar ahora a don Valentín del Valle Góngora, compositor del bolero “Linda Morena”, que espero se cante por muchos años en tertulias de canciones guitarras que suelen organizar viejos románticos, como el gran amigo normalista, licenciado Horacio Ruiz Matamoros.