Organizaciones sociales y analistas estiman que la región centroamericana está amenazada en su liderazgo juvenil, como consecuencia de la violencia que ejercen el crimen organizado, narcotráfico y pandillas, contra la niñez y adolescencia.
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De acuerdo con Claudia Samayoa, representante de la Convergencia por los Derechos Humanos, hay una clara intención de esas estructuras de poder, la cual se evidencia en los ataques contra la juventud, así como en la generación de zozobra, que les deja en manos de las estructuras criminales.
La analista manifestó su preocupación, debido a que el fenómeno se repite en El Salvador, Honduras y Belice; el cual muestra «síntomas de que se puede correr un poco más hacia el Sur».
«Hemos visto como las estructuras del crimen organizado han estado agrediendo explícitamente a las escuelas, en muchos casos buscando el cierre de las mismas, atacando redes deportivas, cetros de entretenimiento, para que estos espacios se cierren y dejan a los jóvenes y a los niños vulnerables», señaló Samayoa.
ABANDONO
El analista independiente ílvaro Pop también mostró su preocupación, debido a la consecuencia que tal «agresividad» con la cual los fenómenos delincuenciales afecta a la niñez y juventud, ya que a su criterio, ello genera que los nuevos liderazgos sociales y las mentes críticas del futuro estén, «seriamente en riesgo en Centroamérica».
«Son testigos, víctimas y victimarios, lo que queda es una cauda enorme de victimas en la niñez y juventud que nos va a perjudicar en un futuro», apuntó el analista.
Para el politólogo, la amenaza también se genera, como lo afirma Samayoa, en que las mentes críticas no solo están en el sector que va a las escuelas o a la educación formal, sino en espacios donde no se tiene estas posibilidades.
«El tema es como la sociedad las cobija y las hace crecer y las pondera para garantizar que en el futuro esos liderazgos sean positivos (…); la niñez y la juventud en la regio no está siendo atendida, hay un abandono sustantivo en términos de niñez y juventud, desde el embarazo mismo», apuntó el entrevistado.
SIN RESPUESTA
Según Samayoa, pese a que se han hecho demandas insistentes desde las organizaciones de sociedad civil, para que se generen políticas de Estado para la prevención del delito y en la búsqueda de espacios para los jóvenes, la sociedad aún no comprende el contexto en que se genera esa violencia, por lo que continúa estigmatizando a la juventud.
«Es una lucha que se hace muy en solo, porque en general la sociedad no termina de entender la violencia en la que vive, achacándole al joven la violencia, cuando está en realidad es producto tanto del crimen organizado como de la ausencia de oportunidades que el Estado brinda», aseveró.
«Necesitamos una acción y una voz concertada de todos los sectores levantando la preocupación, en primer lugar, y en segundo lugar, poniéndose de acuerdo en una serie de acciones para atender el fenómeno», concluyó Pop.
íLVARO POP
analista