El joven líder de Corea del Norte instó a soldados de la primera línea de ataque a estar en «máxima alerta» para una guerra potencial, mientras un periódico estatal decía que Pyongyang cumplió con su amenaza de cancelar el armisticio de 1953 con el que terminó la Guerra Coreana.
SEÚL Agencia AP
«La guerra puede estallar ahora mismo», dijo el líder norcoreano Kim Jong Un a soldados de artillería cerca de aguas en disputa donde ya se han registrado enfrentamientos sangrientos en años previos, según medios estatales de comunicación de Corea del Norte.
La visita de Kim y la aseveración sobre el fin del armisticio son parte de un raudal de retórica colérica norcoreana que ha seguido a las sanciones impuestas la semana pasada por la Organización de Naciones Unidas a Pyongyang por su prueba nuclear del 12 de febrero. Pyongyang juró además atacar a Estados Unidos con armas nucleares.
No está claro, sin embargo, qué seguirá a continuación y si Corea del Norte cumplirá sus palabras. El ministro de Defensa de Corea del Sur dijo hoy que no había señales de que Corea del Norte atacaría o realizaría pronto más pruebas nucleares o de misiles y que Pyongyang estaba simplemente tratando de aplicar «presión psicológica» sobre el sur.
Un vocero de la ONU dijo Pyongyang no puede disolver unilateralmente el armisticio, el cual es válido todavía. Pyongyang, además, está varios años atrás de poder reducir las ojivas nucleares y hacerlas más ligeras, algo que sólo entonces representaría una amenaza nuclear creíble para Estados Unidos.
Por otro lado, varias señales apuntan a que todo está transitando normalmente entre las Coreas, a pesar de la bravata.
Corea del Norte al parecer cortó una línea telefónica y de fax de emergencia en una villa ubicada en la Zona Desmilitarizada entre las dos naciones, pero por lo demás no ha habido cambios operativos sustanciales, afirmaron el martes el Ministerio de Unificación y el Estado Mayor Conjunto de Seúl.
Existen al menos otros dos canales de comunicación entre las Coreas. Al igual que lo hicieron el lunes, las dos Coreas utilizaron el martes una línea de emergencia militar separada para permitir que cientos de sudcoreanos cruzaran la frontera a un parque industrial operado conjuntamente en el poblado fronterizo norcoreano de Kaesong, según el Ministerio de Unificación.
Mucha de la actitud hostil es vista como un intento por apuntalar la lealtad entre ciudadanos y militares hacia Kim Jong Un.
No obstante, el enojo de Corea del Norte y las refutaciones severas de Seúl, están aumentando la animosidad y ocasionando preocupaciones en una ya tensa Península Coreana. Además, sus adversarios realizan esta semana ejercicios militares.