El líder de los islamistas irreductibles que siguen atrincherados en la Mezquita Roja de Islamabad tras tres días de asedio afirmó el viernes que prefiere morir a rendirse, mientras estallaron nuevos enfrentamientos.
«Hemos decidido que podemos ser mártires, pero que no nos rendiremos. Estamos dispuestos a que nos corten las cabezas, pero no cederemos», dijo a una televisión privada Geo el número dos de la mezquita, Abdul Rashid Ghazi, que es el único religioso que permanece en el recinto tras la detención de su hermano.
«Esta puede ser mi última conversación con vosotros», añadió.
Ghazi, cuyo hermano Abdul Aziz fue detenido el miércoles cuando intentaba escapar de la mezquita disfrazado de mujer, llamó a las autoridades a levantar el asedio de la mezquita.
Además, desmintió de nuevo que haya personas retenidas contra su voluntad en el interior de la mezquita. Responsables paquistaníes habían acusado al líder de utilizar los estudiantes de las escuelas coránicas de la mezquita como escudos humanos.
«Dije que combatiremos hasta el último momento y ahora, después de ver lo que han hecho a la mezquita y la manera en la que martirizaron a los niños, les pido que cesen esta brutalidad. Comienzo a estar al límite de mi paciencia», dijo Ghazi.
Antes, las autoridades rechazaron de plano una propuesta de rendición condicional. Ghazi se dijo dispuesto a entregarse con tal de poder quedarse temporalmente en el recinto de la mezquita con su madre enferma. «Hago esta oferta para salvar las vidas de los estudiantes», declaró el jueves por la noche.
El ministro adjunto de Información, Tariq Azeem, fue tajante: «Debe salir con las mujeres y los niños de los que sirve como escudos humanos». Según él, Ghazi se refugia en el subsuelo de la mezquita con 20 mujeres y un grupo de niños.
En tanto, por la mañana se produjeron nuevos enfrentamientos en los alrededores de la mezquita, que está asediada por centenares de miembros de las fuerzas paquistaníes, y donde murieron 19 personas desde el martes.
Tiros y explosiones se escucharon al alba, y por la primera vez desde el inicio de las hostilidades, no hubo llamada a la plegaria este viernes.
Por la noche, los militares y paramilitares provocaron varias explosiones. «Destruimos el muro del recinto», explicó a la AFP un oficial.
Los islamistas respondieron con diversa artillería.
Un responsable de la administración de la mezquita dijo bajo anonimato a la AFP que esos enfrentamientos dejaron víctimas en el interior, aunque no pudo precisar el número.
«Todavía hay unos sesenta estudiantes radicales en el interior y están armados con fusiles de asalto AK-47, granadas y bombas artesanales. Algunos retienen a mujeres y niños», indicó el ministro del Interior Aftab Sherpao.
El presidente Pervez Musharraf, aliado de Estados Unidos en la «guerra contra el terrorismo», prohibió asaltar la mezquita por la presencia de mujeres y niños.
Abdul Rashid Ghazi, número dos de la Mezquita Roja.