Libre amapola


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No es secreto para nadie que en San Marcos los pequeños terratenientes siembran la flor de amapola buscando rendimientos muy superiores a los que obtienen sembrando maíz o papa, de hecho muchas veces dejan el maíz para encubrir la verdadera vocación agrícola de la flor prohibida. La amapola es el producto agrícola del que se extrae el opio que a su vez puede procesarse para crear la morfina y otras conocidas drogas de uso legal o ilegal como pudiera ser la heroína.

John Carroll


Llama la atención saber que la amapola y los usos médicos o placenteros de los extractos de esta planta tienen miles de años de ser utilizados por el ser humano.  Los egipcios, los griegos y otras civilizaciones que marcaron historia en el mundo civilizado han utilizado el producto de la amapola con fines diversos, desde los más banales hasta los más profundos.

Resulta difícil creer entonces que solo hace unos pocos años, cuando se popularizó en el mundo la conveniente, para algunos,  y compasiva mano de la prohibición de las drogas, fue que se le empieza a demonizar de tal forma que en el mundo actual alguien puede ir toda su vida a la cárcel por sembrar este tipo de planta.  Curiosamente existen otros nombres comunes para el opio, como puede ser el GOM,  God’s Own Medicine por sus siglas en inglés o “la propia medicina de Dios”.  En fin para algunos el producto de la Amapola puede ser el infierno como es el caso de un drogadicto y la familia que le rodea. Para otros, en cambio, el producto de la Amapola puede ser el cielo como es el caso de un enfermo de cáncer terminal que se ayuda a pasarla mejor con altas dosis de morfina.

Buenos ejemplos los anteriores para demostrar que una planta o su uso no pueden ser malos por sí mismos, de la misma forma que las armas no le disparan a la gente por si solas, el opio o la heroína no andan por allí a la libre viendo a ver en qué vena se le mete a uno o en forma de humito para que le demos un par de bocanadas.  Las drogas potentes de consumo pueden matar, efectivamente, pero solo después de la decisión racional del ser humano de consumirlas en cantidades que no pueda soportar. 

Imaginemos por un momento como sería San Marcos con sembradillos de Amapola organizados legalmente como el día de hoy tenemos grandes y eficientes espacios de producción de caña de azúcar, palma de aceite y café, productos todos que al consumirlos de forma inadecuada pueden ser tan dañinos como las drogas prohibidas.

Celebro la nueva propuesta mencionada recientemente por el presidente Otto Pérez, legalizar los sembradillos de amapola traería mucho más beneficios que seguir con el risible intento de su erradicación. Cualquier medida de regularización de drogas o las plantas de las que se originan tiene que ser implementada con la justa medida de control para no salir de las brasas, para caer en el fuego.  Un control muy estricto y sujeto a la discrecionalidad del funcionario, solo cambiaría la maldición del narcotráfico por la corrupción y el chantaje del funcionario.

Porque no soñar con un San Marcos lleno de flores de colores que sirvan como paisaje y hogar de pobladores empresarios en busca del desarrollo. Porque no pensar en tener alternativas de cultivos que nosotros mismos nos hemos negado hasta la fecha.