La justicia libia condenó a muerte hoy a cinco enfermeras búlgaras y un médico palestino acusados de haber inoculado deliberadamente el virus del sida a niños libios.
La decisión del tribunal había levantado gran expectación, sobre todo en la Unión Europea (UE), que reclama la liberación de los acusados, a quienes considera inocentes.
Al oír la sentencia, en la sala de un tribunal de Trípoli, los condenados estallaron en sollozos y salieron del recinto tras una breve audiencia.
Las cinco enfermeras búlgaras y el médico palestino apelarán el veredicto ante la Corte Suprema, declaró Othmane Al-Bizanti, uno de los abogados de la defensa.
«El proceso no es equitativo pues no considera los informes internacionales y la opinión de los expertos» sobre la aparición y la propagación del virus en el hospital, declaró Evan Paneff, presente en la audiencia en nombre de la organización Abogados sin Fronteras de Francia.
En el exterior, las familias de los niños enfermos o fallecidos de sida recibieron el veredicto bailando y cantando.
Los acusados fueron condenados a muerte en mayo de 2004 pero la Corte Suprema libia había ordenado un nuevo proceso que comenzó en mayo de 2006.
Enarbolando retratos de los niños enfermos o muertos de sida, varios parientes se habían reunido a primera hora del día en el exterior del tribunal.
«Â¿Por qué yo?», podía leerse bajo el retrato de uno de los niños. «No estoy en venta» o «Â¿Podré vivir mucho tiempo?», se leía en otros.
A su llegada al tribunal, rodeado por fuerzas de seguridad que trataban de impedir la entrada de los familiares de los niños en la sala de audiencia, el abogado de los acusados, Othmane al-Bizanti, fue agredido. La policía se vio obligada a efectuar disparos al aire para salir en su ayuda.
En la última audiencia, el 4 de noviembre, los acusados, encarcelados desde febrero de 1999, habían clamado una vez más su inocencia y expresado su solidaridad con las familias de las víctimas, tal como hizo Bulgaria.
La defensa solicitó incluir en el expediente el hecho de que los acusados fueron torturados y un informe de expertos que atribuye la propagación de la epidemia a las deficientes condiciones de higiene del hospital de Benghazi.
Por su parte, la comunidad científica concluyó que la aparición del virus se había producido en 1997, antes de que llegaran a Libia los seis profesionales extranjeros.
Varios países, entre ellos Francia y Estados Unidos, tratan desde hace meses de obtener la liberación de los seis acusados.
En diciembre de 2005, Bulgaria, la Unión Europea, Estados Unidos y Gran Bretaña crearon un fondo internacional para ayudar a Libia a combatir el sida, asegurar que el hospital de Benghazi se someta a las normas sanitarias e indemnizar a las víctimas.
El martes, el tribunal también condenó al Estado libio al pago de indemnizaciones a las familias de las víctimas.