Organizaciones latinoamericanas miembros de la Red Internacional por la Libertad de Expresión, IFEX, manifestaron su preocupación porque a las autoridades de gobierno les «preocupa» más la cobertura que hacen los medios sobre crimen organizado y narcotráfico, que el problema mismo.

Andrés D»Alessandro, de la organización Foro de Periodismo Argentino (Fopea), dijo que a raí­z de las reuniones que sostuvieron con periodistas y representantes de gobierno, entre ellos el viceministro de Gobernación, Arnoldo Villagrán, concluyeron que a las autoridades les preocupa la información «exagerada», que se hace sobre ambos flagelos.

«Que un viceministro nos diga que hay una percepción por encima de lo que sucede, es contradictorio. Lamentablemente hay otros contextos latinoamercanos donde sucede esto. El Estado se queja de la cobertura, pero no visualiza su propio rol en lo que está haciendo para controlar lo que sucede», aseveró D»Alessandro.

Según D»Alessandro, la situación que les genera inquietud es el mensaje que recibieron del poder polí­tico con respecto a que la cobertura que hace la prensa diaria del conflicto armado del narcotráfico, «es un tratamiento mentiroso que agranda lo que está pasando».

«Ellos (las autoridades) están preocupados por la percepción de inseguridad que se tiene a causa de esa cobertura, no por la inseguridad misma», afirmó.

«SITUACIí“N DETERIORADA»

El Centro de Reportes Informativos sobre Guatemala (Cerigua) detalló que en 2008 tres periodistas fueron asesinados, y unos diez fueron objeto de amenazas de muerte, lo cual empujarí­a a la autocensura a los profesionales.

«Estos registros no revelan la situación real, ya que la mayorí­a de las ví­ctimas prefiere permanecer en silencio. Este miedo generalizado alimenta la impunidad en la que permanecen estos delitos», aduce un comunicado de prensa de Cerigua.

A criterio de D»Alessandro, ese es un asunto grave porque al asesinato en sí­, se le suma la impunidad y autocensura porque la prensa deja de preocuparse sobre lo que pasó con esos casos y la población no recibe la información.

«No queremos proteger la vida de los periodistas per se, sino porque cuando un periodista es asesinado o se autocensura, quien no recibe la información es la sociedad, además del delito de la muerte de la persona», aseveró el entrevistado.

NECESARIA AUTOCRíTICA

Las organizaciones latinoamericanas también se encontraron con que a los profesionales del periodismo les molesta la crí­tica de su trabajo, empero resaltaron que ese ejercicio ético-profesional es requerido.

«Es necesario hacer una autocrí­tica sobre cómo estamos haciendo nuestro trabajo, pero esto tiene que ser autocrí­tica, no desde lo que nos mande el Estado», señaló.