Se habían ido, pero ahora han regresado –ojalá- a su justo lugar en la bucólica campiña británica.
Cerca de 50 abejas de vello corto fueron liberadas en una reserva natural inglesa ayer, unas dos décadas después de que fueron eliminadas en la mayor parte de la zona rural de Gran Bretaña. Los ecólogos esperan que con el apoyo de los agricultores, que han aceptado cultivar flores y plantas que contribuyan al crecimiento de la población de abejas, éstas se propaguen de nuevo por todo el país.
«Nuestros agricultores siempre solían tener sus tierras delimitadas con flores silvestres. Simplemente estamos pidiendo a los agricultores que hagan las cosas como antes eran y la respuesta ha sido abrumadoramente positiva», dijo Nicki Gammans, que encabeza el ambicioso proyecto.
La población de abejas de vello corto —de nombre científico Bombus subterraneus— ha disminuido drásticamente en la mayor parte de Europa durante las últimas dos décadas por la destrucción de su hábitat. Las abejas fueron declaradas extintas en Gran Bretaña hace 12 años.
Pero sobrevivieron en Skane, en el sur de Suecia, y hace tres años, Natural England, un proyecto de conservación apoyado por el gobierno británico, lanzó un programa para devolverlas a la vida silvestre. Otorgaron subsidios a los agricultores para que plantaran prados llenos de flores en sus terrenos y delimiten sus campos con flores silvestres para atraer a las abejas.
Una vez que las flores silvestres fueron plantadas, Gammans recolectó cerca de 100 abejas de Suecia y las puso en cuarentena mientras las examinaba en busca de parásitos.
Las 51 de ellas que aprobaron el proceso de revisión fueron liberadas ayer en una reserva natural en Dungeness, un cabo de la costa de Kent, en el sureste de Inglaterra, llena de flores como el trébol rojo, la ortiga muerta, el lirio amarillo y la arveja silvestre.
«Hay corredores de flores silvestres por todo el país, por lo que esperamos realmente que las abejas sean capaces de prosperar de nuevo en la campiña inglesa», dijo Gammans.