Libia afirmó que la controvertida liberación por parte de Escocia de Abdelbaset Mohamed al Megrahi, condenado por el atentado de Lockerbie, formaba parte de unos acuerdos comerciales concluidos con Gran Bretaña, algo que Londres desmintió formalmente.
El líder libio, Muamar Kadafi, que recibió a Megrahi anoche, celebró el «valor» y la «independencia» del gobierno escocés, mientras que en Gran Bretaña, la prensa denunciaba hoy el «mercadeo oculto» y la «colusión» entre Londres y Edimburgo.
«En todos los contratos comerciales, de petróleo y de gas con Gran Bretaña (Megrahi) estaba siempre sobre la mesa de negociaciones», declaró Seif al Islam, uno de los hijos del coronel Kadafi, en una entrevista emitida ayer en su cadena Al-Motawassit (El Mediterráneo), el mismo día que inició sus emisiones.
El gobierno británico desmintió inmediatamente la información.
«No hay ningún trato», aseguró un portavoz del primer ministro Gordon Brown.
«Todas las decisiones relacionadas con Megrahi las mantuvieron exclusivamente los ministros de Escocia» y las autoridades políticas y judiciales de Escocia, declaró por su parte un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores.
El ministro de Relaciones Exteriores británico, David Miliband, se indignó también ayer por los rumores de que el gobierno británico quería la liberación de Megrahi para mejorar las relaciones comerciales con Libia, que tiene importantes reservas de petróleo.
Pero según el hijo del dirigente libio, «todos los intereses británicos estaban relacionados con la liberación de Abdelbasset Alí Mohamed al Megrahi», cuyo caso se negociaba «a cada visita a Libia del ex primer ministro británico Tony Blair».
Este último buscaba la firma en 2007 de un acuerdo para la exploración de gas en el país africano.
Actor clave en las negociaciones con Londres, Seif al Islam concedió esta entrevista a bordo del avión que lo llevó de vuelta a Trípoli junto con Megrahi, el jueves.
Megrahi, de 57 años, que sufre un cáncer de próstata en fase terminal y a quien sólo le quedarían tres meses de vida, fue liberado por Escocia por razones de salud.
Fue condenado en 2001 a perpetuidad, con un cumplimiento mínimo de 27 años de cárcel, por su implicación en el atentado contra un vuelo de la compañía estadounidense PanAm en 1988, que explotó cuando sobrevolaba el pueblo escocés de Lockerbie, causando la muerte de 270 personas.
Anoche, Megrahi fue recibido por el coronel Kadafi, quién celebró la decisión del gobierno escocés de liberarlo, «a pesar de las presiones inaceptables y sin razón a las que se tuvo que hacer frente», según la agencia oficial libia Jana.
El jueves en Tripoli, centenares de personas acogieron a Megrahi como a un héroe, provocando la indignación de Londres y Washington.
Pero para la prensa británica, ni Londres, ni Edimburgo, ni Tripoli se benefician de esta liberación.
«Pretender que esta decisión no haya sido guiada por intereses políticos y un nivel de consulta, incluso de colusión, entre Edimburgo y Londres, desafía el entendimiento», escribe el diario The Independent.
«Hay que ser muy ingenuo para no percibir el olor de mercadeo oculto».
El Daily Mail evoca por su parte una «semana de la vergí¼enza» para los dirigentes británicos.
En una breve declaración, Megrahi afirmó no haber «imaginado nunca (que) podría regresar un día a Libia».
En una entrevista al diario The Times publicada hoy, reiteró su inocencia y afirmó que encontrará antes de morirse las pruebas demuestren su inocencia.
«Si hubiese justicia en Gran Bretaña, habría sido absuelto (…). Fue un error judicial», afirmó el libio, que aseguró también que su país no estaba detrás del atentado.