Un autobomba estalló hoy en un barrio chiíta en el sur de Beirut, causando cuatro muertos y nubes de humo sobre el área, en el más reciente ataque contra partidarios del grupo extremista islámico Jezbolá.
Fue el segundo ataque con bombas en el barrio de Haret Hreik este mes, en medio de una ola de violencia que ha sacudido el Líbano, consecuencia directa de la extensión de la guerra civil en Siria a su pequeño vecino. La violencia ha afectado tanto a chiítas como a suníes, y azuzado más las tensiones sectarias ya elevadas por el conflicto sirio.
La explosión del martes destruyó escaparates de tiendas e incendió autos en una transitada calle comercial. Imágenes de la explosión transmitidas por la televisora Manar, propiedad de Jezbolá, mostraron a paramédicos sacando del lugar a un hombre en una camilla con el trasfondo de un edificio en llamas. Escombros cubrían el pavimento.
La Cruz Roja Libanesa, en declaraciones al medio estatal National News Agency, dijo que, además, de los cuatro muertos 35 personas resultaron heridas por la explosión.
Un grupo conocido como Frente Nusrat en Líbano se atribuyó responsabilidad por el ataque, y dijo que era en represalia por el respaldo militar de Jezbolá a las fuerzas del presidente Bashar Assad en Siria. La atribución, que no fue verificada independientemente, fue colocada en la cuente del grupo en Twitter. El nombre del grupo indica lazos con el Frente Nusrat en Siria, vinculado con al-Qaida y una de las facciones rebeldes más poderosas.
La prensa estatal libanesa dijo que un atacante suicida fue el autor material de la explosión. Un funcionario de seguridad, hablando a condición de anonimato porque no estaba autorizado a declarar a la prensa, dijo que el vehículo fue robado y estaba cargado con unos 20 kilogramos (40 libras) de explosivos.
Ataques similares han sido lanzados en áreas chiítas en Líbano en meses recientes, al parecer obra de rebeldes suníes basados en Siria y grupos extremistas islámicos que pelean contra Assad y han amenazado represalias en bastiones de Jezbolá.
El jueves, un coche bomba estalló en el pueblo noroccidental chiíta de Hermel, cerca de la frontera con Siria, durante la hora pico, con un saldo de tres muertos y más de 20 heridos. Y el 2 de enero, una bomba en Haret Hreik, apenas a unos pocos metros del ataque del martes, mató a cinco personas.
Otro ataque en noviembre junto a la embajada de Irán en Beirut mató al menos a 23 personas. Irán es el principal aliado de Siria y patrocinador de Jezbolá.