Como Kenneth López Agustín, un niño jalapaneco víctima de la violencia que azota al país, existen cientos de menores de edad que diariamente son blanco de la delincuencia común, el crimen organizado y problemas en el hogar.
Sin embargo, el caso de López, asesinado el año pasado en el oriental departamento de Jalapa, es particular, pues su nombre quedó inmortalizado en la Ley Alba-Kenneth, aprobada recientemente por el Congreso de la República, con el fin de proteger oportunamente a la infancia.
Este instrumento también rememora a Alba Michelle España, la niña que fue secuestrada y muerta violentamente en Camotán, Chiquimula.
La Ley Alba-Kenneth fue socializada por la Auxiliatura de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) de Jalapa, en una reunión en la que participaron delegados de la sociedad organizada, la Policía Nacional Civil, la Procuraduría General de la Nación y representantes de la Fundación Sobrevivientes.
La referida legislación fue propuesta y aprobada de urgencia nacional por el Parlamento guatemalteco, con el fin de coordinar acciones interinstitucionales para la localización y el resguardo inmediato de niños y niñas sustraídas, secuestradas o desaparecidas.
El propósito de la socialización en Jalapa es iniciar acciones respectivas para conformar la Coordinadora Departamental de la Alerta Alba-Kenneth, con lo que se pretende contribuir a erradicar los flagelos que afectan a la infancia, entre ellos, el secuestro con fines de venta de órganos, según información de la PDH de esta localidad.