El aficionado inglés Tom Lewis causó sensación al quedar empatado en la punta del Abierto Británico junto al danés Thomas Bjorn, luego que ambos firmaron ayer rondas de 65 golpes, cinco bajo par, en la primera ronda.
SANDWICH / Agencia AP
Salvo el número de golpes con el que completaron sus respectivos recorridos, no hay mucho que Lewis y Bjorn tengan en común.
Bjorn, de 40 años, se pregunta cuánto tiempo más podrá seguir compitiendo a nivel profesional. Lewis tiene toda una carrera por delante.
La de Lewis fue ronda la más baja de un aficionado en el torneo de golf más antiguo del mundo.
Habría que remontarse hasta 1976 para la última vez que un aficionado estaba en la punta de un torneo grande. Ese fue Mike Reid con una ventaja de tres golpes al iniciar el segundo día.
Lewis, de 20 años, quebró el récord del torneo para un aficionado, que era de 66 y que fue establecido por Frank Stranahan en 1950, y luego emulado por Tiger Woods (1996) y Justin Rose (1998).
Hace dos años, Lewis amarró en este campo el campeonato amateur británico, el mayor logro en su incipiente trayectoria.
«Ganar aquí representó un momento muy especial para mí, y volver a un lugar donde has ganado representa algo todavía más especial», dijo Lewis. «Yo estaba emocionado por volver aquí, pero anotarme un 65 en la primera ronda era algo que no esperaba. Simplemente lo que más me alegra es jugar aquí. Eso es todo lo que importa».
Esa es otra diferencia con Bjorn, quien tiene malos recuerdos del Royal St. George’s. Fue aquí donde hace ocho años se derrumbó y dejó escapar el título.
«Tengo 40 años y quizás tengo algo más de batería», dijo Bjorn, quien el jueves corrió con mejor suerte.
Se apuntó un birdie en el hoyo 16, un par 3, el mismo que le costo la Jarra de Clarete en el 2003, cuando requirió de tres golpes para salir de una trampa.
Sonrió cuando, después de un mal tiro, la pelota rebotó para alejarse de la trampa, acercándose a la bandera.
«Cuando hice el disparo, pensé: ‘En este voy a tener problemas’. Cuando apenas pasó por encima de la trampa, sonreí, pues supe que hoy las cosas me estaban saliendo bien», relató.
Un golpe atrás de los líderes se ubicó el español Miguel Angel Jiménez, así como los estadounidenses Lucas Glower y Webb Simpson.
El colombiano Camilo Villegas tuvo un recorrido de 71 golpes, uno arriba del par. El argentino Anbel Cabrera firmó una tarjeta de 72 impactos.
Rory McIlroy, el norirlandés que viene de ganar el Abierto de Estados Unidos, arrancó a los tumbos, pero se mantuvo en la pelea: a seis golpes de la punta.
«Cualquier marcador cercano al par representa un buen comienzo», dijo.
Mientras McIlroy era el amplio favorito, Bjorn fue invitado recién el pasado lunes en su condición de suplente, contando así la oportunidad de redimirse tras su fiasco en el Open de 2003.
Bjorn dejó ir una ventaja de dos golpes en los últimos tres hoyos. Ben Curtis se acabó llevando el título tras uno de los desenlaces más dramáticos en la historia del golf.
Todas las miradas están puestas McIlroy, quien ha emergido como el nuevo rostro del golf mientras Tiger Woods sigue fuera del tour por una lesión en la pierna.