Los letones votan el sábado en las primeras legislativas desde que este país entró en una grave recesión en 2008, un test para el primer ministro de centroderecha Valdis Dombrovskis, quien aplica un programa de austeridad draconiano dirigido por el FMI y la Unión Europea en este país desprendido de la Unión Soviética.
El ambiente es muy diferente al que imperaba en las últimas elecciones organizadas en 2006, dos años después de que esta ex República soviética báltica de 2,2 millones de habitantes adhiriera a la Unión Europea (UE), que en esa época era un paladín del crecimiento económico.
Letonia tenía entonces una tasa de crecimiento de dos dígitos y el partido de derecha en el poder, el Partido del Pueblo, fue reelecto, a pesar de las advertencias de que existía un riesgo de recalentamiento.
Los comicios del sábado, que tendrán lugar en momentos en que el país comienza una lenta recuperación, serán una prueba para Valdis Dombrovskis, quien aplica un severo programa de austeridad, en el marco de un plan de salvamento bajo la égida del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la UE.
«Esas elecciones determinarán el futuro desarrollo de Letonia», declaró Dombrovskis a la AFP. «Â¿Continuaremos y terminaremos con éxito el programa de estabilización económica, o volveremos a la incertidumbre y la inestabilidad económica?», agregó.
Durante los años 2008 y 2009, la actividad económica del país se contrajo en total cerca de 25%, la caída más fuerte del mundo, según el FMI, mientras que el desempleo se multiplicó por más de tres, llegando a 20%.
«Nadie puede prever el desenlace de una elección cuando los electores están furiosos», declaró a la AFP Nils Muiznieks, un politólogo de la Universidad de Letonia.
Más de 46% de los electores afirmaron que estaban indecisos o podían cambiar de opinión antes de los comicios, de acuerdo con las encuestas.
La coalición de Dombrovskis llegó al poder en marzo de 2009, gracias a la caída de un gobierno de centro-derecha que a su vez había reemplazado al gobierno del Partido del Pueblo, en diciembre de 2007.
El mundo político letón está muy fragmentado y el gobierno de tres partidos de Dombrovskis es el 15º desde la independencia.
Los sondeos prevén un duelo ceñido entre su Bloque de la Unidad (centrista) y el partido opositor de izquierda Centro Armonía, cada uno de los cuales tiene 30 escaños en el Parlamento unicameral de 100 bancas, el Saeima.
El Centro Armonía es una mezcla de socialdemócratas y ex comunistas que tienen vínculos con el partido Rusia Unida del primer ministro ruso Vladimir Putin. Esta organización política, que el año pasado ganó las elecciones municipales en Riga, es fuerte en la minoría de lengua rusa, que representa a 27% de la población.
Este partido afirma que quiere negociar nuevamente el plan de ayuda de 7.500 millones de euros con el FMI, la Comisión Europea y otros prestamistas, asociado a cortes masivos en los gastos públicos y aumentos impositivos.