Todo tipo de comentarios fueron dejados al pie de la información, en los medios electrónicos, sobre el debate entre los candidatos a Presidente. Las más variadas calificaciones o descalificaciones pueden encontrarse allí… Yo estuve tentada de dejar de ver el debate porque tenía bastante trabajo pendiente para hacer, pero lo seguí porque pienso, que circo y todo, estas discusiones tienen que darse.
Lucía De Herrera
¿Cómo si no puede evidenciarse si el que dice tener “carácter†lo tiene? ¿Cómo si no podemos saber si realmente existen los planes para lograr los cambios que ofrecen? ¿Cómo conocer de qué herramientas harán uso y cuánto costará adquirirlas? ¿Cómo saber, por ejemplo, si el que dice saber de dónde va a sacar el dinero para pagar un “bono quinceâ€, de verdad lo sabe? Porque es algo muy distinto ver los anuncios preparados justamente para que miremos la mejor parte (si es que la tienen) de cada uno y otra cosa es ver si a la hora de rajar ocote, como dicen, lo pueden rajar bien. Que no siguen las reglas es cierto, pero eso tampoco es algo nuevo, si no, a ver si alguno de los dos respetó los llamados de atención y las amonestaciones del TSE con respecto al gasto en propaganda electoral. Así que no ocurrió nada que nos resultara extraño… en fin que dejé de trabajar con mi microscopio porque escogí asistir voluntariamente al circo, es que en los debates esos parece que existe una dinámica que encapsula los actos (tres esa noche) como bajo la carpa de un circo y que obviamente se alimenta con el morbo del público (como si alguna de las dos fieras pudiera comerse a la otra, o como si uno de los dos trapecistas pudiera caer por un traspié en el cable sobre el que hace equilibrio) mientras que el candidato A le responde al candidato B ridiculizándolo en todos los ángulos, y entonces el candidato B le devuelve la ridiculización en lo que canta un gallo y le restriega en la cara los actos poco limpios de su vida… y así cada acto, mientras el público, dividido, estalla en aplausos y vítores para darle ánimos a cada candidato, según sea el caso, mientras, el más afectado por las embestidas, según sea el caso también, apenas logra articular una respuesta distinta a los spots televisivos y radiales que repite intermitentemente… Me parece que a ambos candidatos les queda grande el tacuche de Presidente. Falta ver si, al que resulte electo, algún sastre milagroso puede ajustarle el tacuche, porque como están las cosas, lo único que nos queda es esperar un milagro. Mientras tanto, ante tanta payasada y falta de carácter, hasta ahora, y gane quien gane, creo que Guatemala sigue perdiendo. ¿No cree usted lo mismo?