Desde 2001, el lema «Â¡Qué chilero, me llegás!» ha estado en boca de miles de guatemaltecos, ya que se han beneficiado de un negocio que cada vez tiene más demandas, pero que no por ello ha aumentado sus precios.
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La Megapaca ya se ha hecho un espacio entre la comunidad guatemalteca, sobre todo entre las clases media y baja. Mario Peña, gerente general de la Megapaca, comenta que se siente satisfecho con lo realizado, pero más que nada porque ellos son gente sencilla y están dirigidos a gente sencilla.
Pero no todo fue fácil. Desde principios de siglo, la Megapaca surgió, como muchos negocios, con la intención de lograr mantenerse y hacerse un espacio entre los cientos de negocios de ropa.
Retomaron el concepto de las pacas, ventas de ropa usada, en su mayoría proveniente de Estados Unidos. La ropa que se mantiene en buen estado puede ser renegociada para que otra gente la utilice, sin que ello afecte al bolsillo.
Sin embargo, la ropa de la Megapaca no es mercancía de segunda mano. Al contrario, entre sus anaqueles se encuentra ropa de calidad. Además, ya han iniciado con la venta de ropa y accesorios para la vestimenta.
Peña dice que parece que fueron ayer esos inicios con la Megapaca en Escuintla, pero al darse cuenta de todos los logros que han tenido, se puede dar cuenta del enorme esfuerzo y que el tiempo ha servido para ir progresando. Actualmente son 23 tiendas en todo el país.
Todos los días, pero sobre todo los domingos, cientos de familias se aproximan a las tiendas de la Megapaca, para comprar ropa de calidad a buen precio.
¿Se puede aún soñar? Claro que sí, porque la Megapaca sigue abriendo sucursales, y en breve aparecerán otras nuevas, que podrán ofrecer sus productos a los guatemaltecos hasta con precios 90 por ciento más baratos que en otros establecimientos.
Además, esperan que puedan algún día poder extenderse hacia Centroamérica. Como empresario y fuente de trabajo, la Megapaca ha generado 700 trabajos directos, y esperan que puedan seguir generando más.
Esto demuestra que aún existen buenas noticias que nos indican que, con sólo trabajo fuerte y una buena idea, se puede progresar en nuestro país. Y tal como dice una de sus pautas comerciales, «Lero, lero, ¡qué chilero!»