Los habitantes de Naplusa, en Cisjordania, obligados a encerrarse en sus casas durante dos días de operaciones militares israelíes, volvieron hoy lentamente a la normalidad tras la retirada de soldados, informó un corresponsal de la AFP.
Equipos del ayuntamiento se dedicaban a allanar los terraplenes levantados por soldados israelíes en las entradas de la kasba, la ciudad vieja de Naplusa donde el ejército israelí concentró sus operaciones antes de retirarse el lunes.
Después de dos días de toque de queda, los comerciantes fueron abriendo progresivamente sus tiendas. Algunos tuvieron que acudir a herreros para reparar las puertas metálicas dañadas o hundidas por los blindados.
Ante el temor de un regreso del ejército hebreo, numerosos habitantes se abalanzaron hacia las tiendas de comestibles para cargar con provisiones.
Estudiantes y escolares también reemprendían el camino hacia sus establecimientos.
Uno de los jefes de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, vinculados al partido político Fatah, afirmó que la operación había sido «un fracaso», aún y teniendo en cuenta los destrozos que provocó.
«Nos sorprendió su magnitud, pero no hubieron combatientes detenidos ni heridos», explicó a la AFP este jefe que mantuvo el anonimato.
El ejército israelí se había retirado el lunes por la noche de Naplusa, en el norte de Cisjordania, donde el domingo al amanecer lanzó una vasta operación en la que murió un civil palestino y otra decena resultaron heridos.
Según testigos, todos los vehículos militares se habían marchado y ya no quedaban soldados visibles con uniforme hoy en las calles de Naplusa, especialmente en la kasba.
A pesar de la retirada de los soldados, los responsables del ejército israelí no confirmaron el fin de la operación, bautizada «invierno caliente».
«La operación continúa, pero no puedo proporcionar más detalles», declaró un portavoz militar a preguntas de la AFP.
Los soldados israelíes habían registrado casa por casa y tomaron el control de varios edificios. De forma esporádica, se produjeron intercambios de tiros entre militares y combatientes palestinos, en la kasba que es un bastión de los grupos armados.
Asimismo, los soldados entraron de asalto en los locales de una cadena de televisión local, Al Sanabel, y confiscaron el emisor y los ordenadores. Se detuvo el propietario de la estación, Nabigh Breik, explicaron fuentes de la seguridad palestina.
El general israelí Yair Golan, comandante de la división encargado de Cisjordania, declaró el lunes que el ejército se quedaría «todo el tiempo que hiciera falta para levantar la amenaza que pesa sobre el corazón de Israel la presencia de terroristas en Naplusa».
Según este general, el año pasado un total de 117 de los 160 jóvenes palestinos detenidos en Cisjordania y que aspiraban a «mártires», con atentados suicida en Israel, procedían de Naplusa.
Durante la presente operación, «han sido detenidos varias decenas de personas y algunas serán encarceladas», dijo Golan, que admitió que siete palestinos buscados no habían sido capturados.
El comandante en Cisjordania también precisó que se habían descubierto cuatro escondites de armas con aparatos explosivos, así como cinturones utilizados por kamikazes.