Se considera lengua muerta a aquella lengua que ya no tiene ningún hablante nativo. A partir de ese momento, la lengua ya no sigue el camino normal de evolución y desarrollo que ocurren a lo largo del tiempo en las lenguas vivas.
Existen muchas causas por las que una lengua puede desaparecer, causas que no tienen por qué ser independientes. Un ejemplo es la conquista española de América, en la que las enfermedades unidas al maltrato y la esclavitud diezmaron a los caribes, aunque la lengua consiguió sobrevivir hasta 1920.
Violencia. Guerras, invasiones y colonizaciones pueden hacer desaparecer físicamente a los hablantes de una lengua o a cambiarla por otra, con lo que la lengua desaparece con ellos. Es el caso de las lenguas de Tasmania o algunas de las lenguas indias americanas, sobre todo en América del Norte. Se puede considerar en este grupo a las violentas políticas de desarraigo seguidas por el gobierno de Australia contra los aborígenes hasta los años 1960. A veces se habla de «lengí¼icidio» en estos casos.
Desastres naturales y enfermedades. Desastres naturales como el tsunami vivido recientemente en Indonesia, pueden hacer desaparecer físicamente a una población o dejarla en tal estado que sus hablantes tengan que refugiarse en otra cultura, adoptando su lengua y costumbres. En el caso de las enfermedades, los investigadores modernos deben tener mucho cuidado en sus contactos con pueblos remotos, puesto que la transmisión de una enfermedad trivial puede resultar fatal.
Evolución lingí¼ística. Pequeños cambios a lo largo de un gran periodo de tiempo convierten a una lengua en irreconocible. Así es como surgieron las lenguas romances del latín y éste dejó de hablarse.
Tomado de es.wikipedia.org.