Grecia se apresuraba hoy a aprobar las nuevas medidas de austeridad que reducirán aún más los ingresos y el gasto público, al día siguiente de pactar un nuevo plan de rescate y una reducción de su deuda soberana para evitar la bancarrota.
Las nuevas medidas exigidas por los acreedores a cambio de los créditos de contingencia fueron pactadas tras dos años de deterioro económico y social, con un desempleo récord, nulas posibilidades de crecimiento y un estado de las finanzas públicas mucho peor al pronosticado. Los sindicatos convocaron para el miércoles por la noche a dos concentraciones separadas frente a la sede del parlamento.
El martes, los 17 países de la eurozona aprobaron un segundo plan de rescate para Grecia en menos de dos años por 130.000 millones de euros (172.000 millones de dólares), y una condonación de 107.000 millones de euros (141.000 millones de dólares) por parte de los bancos y otras instituciones privadas tenedoras de bonos soberanos griegos.
En respuesta, la agencia de calificación de riesgos Fitch redujo la calidad de la deuda griega de CCC a C.
Según la agencia, la rebaja indica que «una cesación de pagos es muy probable a corto plazo». En junio, la agencia dijo que consideraría a Grecia en impago limitado si seguía adelante con el canje de bonos.
Según Atenas, la calificación de default sería un mero tecnicismo, ya que los dos acuerdos logrados el martes permitirán al país pagar los bonos que vencen en marzo —evitando con ello una bancarrota desordenada— y permanecer en la eurozona a la que se unió en 2001.
Con todo, es ahora cuando la enormidad de los sacrificios ha comenzado a calar entre los griegos.
Los proyectos de ley presentados el martes por la noche en el parlamento sumaron 3.200 millones de euros (4.200 millones de dólares) en reducciones presupuestarias adicionales para este año, acordadas la semana pasada por el Gabinete.
«Las decisiones adoptadas y las que serán adoptadas crean las condiciones que ayudarán a la recuperación de la economía griega», dijo el primer ministro Lucas Papademos tras informar al presidente Karolos Papoulias sobre las decisiones de la eurozona. «Queda mucho por hacer en las próximas semanas».
La bolsa de valores de Atenas se desplomó por segundo día consecutivo tras el anuncio del rescate, perdiendo un 5% poco antes del cierre del mercado.