Leer instructivos de medicinas


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Los medicamentos son buenos para curar o aliviar los males que nos aquejan, pero como es natural, su ingesta a veces afecta otros órganos internos, pues se requerirí­a que cada pastilla fuera fabricada para cada persona en lo individual, ¡ya se imaginan!

Existe la mala costumbre de no relatarle al médico de que es lo que padecemos, además de la enfermedad toral por la que acudimos a la consulta; si hemos sido intervenidos quirúrgicamente, si nos han tratado de otras enfermedades y qué medicamentos nos han prescrito, en fin, todo lo que puede ser útil para que el facultativo se forme un diagnóstico claro. Yo por ejemplo, acostumbro llevar un listado de todo ello que lo voy preparando con tiempo y se lo entrego al doctor para evitar complicaciones incluso fatales.

José Antonio Garcí­a Urrea

 


Por otra parte, tampoco existe la cultura de leer los instructivos que acompañan a los medicamentos, en donde los laboratorios fabricantes detallan los pros y los contras que incluyen un párrafo que dice: ADVERTENCIA: cierto es que se desconocen los términos médicos, pero entonces e puede consultar si se tiene alguna duda al respecto de lo que nos pueda ser adverso.

Por otra parte, está también la venta libre de medicamentos que no requieren de receta médica, pero estos también tienen su advertencia, entre los cuales están los más socorridos que son para aliviar el dolor de cabeza que puede originarse por reflejo de otro órgano interno. Entre los que se expenden sin receta hay algunos que indican que su ingesta puede causar daño en el hí­gado o riñones, por lo que se debe consultar con el médico, pero la gente abre el sobre y con un trago de agua, ¡ahí­ va! Incluso la aspirina que es tan común también tiene sus advertencias, y se aconseja consultar con el médico previamente a su uso.
Otro, que no sé si es medicamento o qué, es el bicarbonato de sodio, cuando tienen malestar estomacal se ponen una o dos cucharadas en la palma de la mano y también adentro con unos tragos de agua y al rato ya se aliviaron. Según se explica, el bicarbonato como la sal marina son perjudiciales para el corazón, por lo que su uso debe ser muy moderado.

Un amigo muy preciado, dos de sus hijos estaban radicados en la Argentina, le enviaban todos los años los pasajes para que fuera a estarse un mes con ellos allá, trajo una receta para malestares del aparato digestivo cuyo principal ingrediente era el bicarbonato, me dio la fórmula, él la estuvo tomando, empezó con problemas en el corazón, cada poco lo hospitalizaban y un dí­a nos avisaron de su deceso por falla en el corazón.

Otra práctica también cotidiana es la de automedicarse, porque a fulano le cayó bien el medicamento que le dio el doctor, pues igualmente a deglutirlo y después las consecuencias negativas. Con la salud no debe jugarse. Los médicos continuamente previenen en contra de esa  costumbre, incluso con la medicina natural se debe tener cuidado, y ésta debe ser igualmente suministrada bajo vigilancia médica; entre éstas, que he oí­do que tiene mucho jalón, es la cola de caballo, y dale que le das con los vasos enteros; ésta como otra, el taray, aconsejan su administración dosificada, pues toda medicina consumida con exageración es dañina.

En fin, hay que tener presente que antes de hacer uso de cualquier medicina, debe leerse el prospecto o información y sobre todo, consultar al médico.