Buena parte de votantes ve con desconfiados y atemorizados ojos, ya de fuera, que el Mandamás General ande comprando ideas a todo aquel vendedor (de ideas precisamente) que le sale al paso.
“Al jefe de jefes le han vendido la idea de esto, aquello o lo otro” se lee o escucha con demasiada y peligrosa frecuencia. Y eso solo puede significar que la ha comprado, que a cambio ha dado una cierta cantidad de dinero, sin saberse nunca si es de su propio bolsillo o del erario.
¿Por qué se hace énfasis en que le venden la idea y no en que la compra? ¿Se pretende aminorar su irresponsabilidad en tal transacción? ¿A cómo están las ideas en el mercado respectivo? ¿Existe una partida específica para adquirir ideas, incluso onerosas? ¿Es que no hay una Dirección Técnica para hacerse de ideas?
Se entiende que una idea, antes de comprarla, debe examinarse bien, considerar si conviene o no, si cubre alguna necesidad apremiante, si no se tienen por ahí guardadas algunas ideas que sean iguales o mejores que esa, de más fácil y barata puesta en práctica, si fuera el caso.
Hoy en día abundan los vendedores de ideas disparatadas que merodean a los mandamases, pero dichas ideas se ven bonitas por fuera, y al querer percatarse cómo están por dentro, resultan como ciertos aguacates: negras, pepitudas, mohosas, incluso, engusanadas.
Cuando el potencial comprador no sabe nada o tiene escasa experiencia en materia de ideas, cae presa fácil de los embaucadores, quienes le pintan la brillante idea como una maravilla, sólo ventajas, una panacea, a buen precio, aproveche porque aplican restricciones, esta idea es a su medida, ofrezca, después de adquirirla usted ya no será el mismo, le cambiará la vida…
Si se es un comprador compulsivo de ideas, como parece ser el caso de quien nos ocupa, sus consultores y asesores específicos en materia de adquisición de ideas a bajo precio deberían probarlas antes de ver si todavía están en buen estado, si funcionan, si no son recicladas o de segunda mano, si no han sido plagiadas, si no son ideas piratas, si traen todos sus accesorios, repuestos, garantía y, sobre todo, fecha de caducidad.
(Obra en mi poder media docena de ideas producto de mis desvelos, recién salidas del horno, pero no sé cómo romper los férreos anillos que rodean al Jefe de Jefes, ya que a mí me gustan los negocios personalizados.)
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“Vacío legal no significa que sea legal la existencia de ese vacío.” (Pistilo de Amianto)