Según el estudio presentado por la Red Centroamericana de Centros de Pensamientos e Incidencia, y la fundación Konrad Adenauer, sobre el seguimiento de la ruta del dinero en Centroamérica: Lavado de dinero y sus implicaciones en la seguridad regional, el lavar dinero es una actividad que no produce sangre, cadáveres o hechos estridentes de violencia, pero sí tiene un inmenso poder corrupto en las sociedades e instituciones.
ejuarez@lahora.com.gt
El estudio regional sobre lavado de dinero fue presentado por el exvicepresidente Eduardo Stein, quien señala que seguir la ruta del dinero, representa uno de asideros legales más importantes para combatir el crimen organizado en el Istmo Centroamericano.
Según el estudio el crimen organizado y el narcotráfico entorpecen el desarrollo normal de las actividades económicas cotidianas y tradicionales, especialmente en el área rural y urbana del interior, ya que normalmente desarrollan sus operativos en un marco de violencia que genera inseguridad y zozobra en las poblaciones y a su vez, induce al abandono de las actividades que suelen ser menos rentables.
Además, señala que los delitos predecesores, entre los cuales cuenta como los tres principales, la venta de drogas, la corrupción en las autoridades y la evasión fiscal, generan la necesidad de lavar sus ganancias en los sistemas productivos y financieros centroamericanos.
Esto crea redes de procesos y empresas de lavado que corrompen una gran diversidad de actividades y de instituciones públicas y privadas, provocando efectos como lento desarrollo, ingobernabilidad, distorsión de los mercados, desaliento en el emprendimiento de actividades productivas ilícitas.
Según Lorena Escobar, representante de la Red, asegura que las implicaciones de ingobernabilidad que tiene el lavado de dinero son porque las estructuras de donde provienen dichas utilidades participan en hechos ilícitos como el narcotráfico, la trata de blancas quienes tratan de comprar voluntades de funcionarios públicos para hacer uso del dinero con impunidad, viéndose afectado el sistema político.
En cuanto al sistema financiero, la mezcla con el dinero lícito crea una contaminación del sistema.
Escobar indica que el lavado de dinero es un fenómeno silencioso, y que en cada país es diferente, “de dónde proviene ese dinero es lo que obviamos, en muchas ocasiones proviene de la corrupción aprovechándose del erario del Estado, lo cual debilita la institucionalidad”.
Además, indicó que este ilícito se puede presentar en negocios donde el dinero pueda legitimarse, en la construcción, iglesias, ganaderías, loterías, casinos, etc. En negocios que puedan ser corrompidos, ya que este dinero deberá justificar su procedencia.
Stein indicó que se debe presentar más atención a los bingos, loterías y conciertos, por lo cual recomendó la creación de la unidad de inteligencia financiera regional, esto con el objetivo de fortalecer los mecanismos de cooperación que proponen las convenciones internacionales para el intercambio de información financiera.
La Red indicó que los países centroamericanos difícilmente podrán por si solos abatir el lavado de dinero, pues se requieren de acciones coordinadas a nivel regional, para poder eficazmente “seguir las rutas del dinero”, por lo que es ineludible una política y una estrategia regional.