En Bolivia, Perú y Colombia, se produce la mayor cantidad de cocaína, según la Organización Panamericana de la Salud y no se logra bajar el número de hectáreas cultivadas. La batalla contra el narcotráfico tampoco ha eliminado su consumo; pero bajo este pretexto se están militarizando regiones y fronteras utilizando, también, las fuerzas civiles del orden, que dejan al desamparo a los ciudadanos que con sus impuestos pagan el servicio de seguridad que el Estado debe prestar. El combate contra las drogas no detiene el crecimiento de consumidores ni las enormes ganancias de los traficantes. Los EE.UU. debieran despenalizar su venta, como ocurrió durante la prohibición de bebidas alcohólicas, y que su administración se acepte bajo receta médica.Â