Las simpatí­as hacia Manuel Baldizón


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Si creemos que tienen sustento y credibilidad los sondeos de opinión que se han venido publicando, el sostenido liderazgo en las intenciones de los potenciales electores, que han predominado en ese mismo tipo de publicaciones, desde inicio de año a favor del aspirante del Partido Patriota, podrí­a caer de manera estrepitosa. De hecho, una de sus principales fuentes del caudal lo significó “el castigo” promovido hacia la opción oficialista.

Walter Guillermo del Cid Ramí­rez
wdelcid@yahoo.com

 


Desaparecida ésta por resolución de la Corte de Constitucionalidad, la reconfiguración del mapa electoral ofrece un panorama singular. Entonces, sin lugar a dudas (y sobre la base de lo publicado) que el impacto más significativo en cuanto a simpatí­as y crecimiento de intención de voto lo capitaliza Manuel Baldizón (con esos 10 puntos). En ese orden de ideas, además, la propuesta del partido del puño, ha divagado entre conceptualizaciones generales y pocos ofrecimientos concretos o especí­ficos. De hecho, hasta hace unos dí­as, se encontraba en total comodidad en su papel de único capitalizador del rechazo a la propuesta oficialista. En tanto el abanderado del partido de los camisa blanca-corbatas rojas, no ha cesado en sus ofrecimientos. En consecuencia, estamos ante dos modelos de propuesta electoral diferenciados y que tienen pocos dí­as para acentuarse en la intencionalidad del votante.

Cada evento electoral es, entre otras, una representación (escénica y teatral) que fundamentalmente despierta pasiones. Es decir, se alientan tanto las simpatí­as como las antipatí­as de quienes aspiran la conducción polí­tica del paí­s, del departamento (en tanto distrito electoral) o del municipio, según sean las fórmulas que se ofrecen a los electores. Esos mismos sondeos nos señalan que por el momento el “bombardeo” de propaganda en sí­ mismo no es suficiente para encausar adhesiones hacia un aspirante en particular. Se requiere de algo más, un “algo” que de acuerdo al sondeo recién publicado, en pocos dí­as Manuel Baldizón logró despertar y con ello modificar las expectativas del cuadro electoral del 11 de septiembre. Si las elecciones son una manifestación de pasiones, entonces apelar a la racionalidad del voto es insuficiente. Y ese podrí­a ser el principal asidero que explicarí­a las simpatí­as hacia Baldizón; él despierta pasiones, de adhesión y de rechazo, éstas últimas en menor grado.

En la relación espacio-tiempo propio para Otto Pérez, ahora le convendrí­a apuntalar la singularidad de sus pretensiones de llegar a conducir los destinos del paí­s. Posiblemente con un discurso más preciso e identificable, pues con lo que resta para el 9 de septiembre, último dí­a para propaganda electoral, podrí­a asentarse en esa posición de cabeza del grupo de aspirantes a la poltrona presidencial, habrá de ser más preciso que lo declarado hasta ahora. En tanto en esa misma relación, pero ahora para Manuel Baldizón, a él le convendrí­a hacer evidenciar que su cúmulo de propuestas se encuentra dentro de un conjunto de viabilidades a las que les puede proveer coherencia y unidad en su discurso. Si logra caracterizar sus alocuciones en ese sentido, puede consolidarse como el mejor segundo contendiente, desplazando a los otros dos probables (Eduardo Suger y Harold Caballeros, este último ahora que ya superó su propio entorno jurí­dico adverso). Y entonces la gran conquista de Baldizón, serí­a empujar a la realización de una segunda vuelta, tal y como tituló ayer casi autocrí­ticamente el matutino Prensa Libre.

El corolario apunta en una primera aproximación a dos grandes posibilidades: Primero. La plena incorporación de Caballeros podrí­a dispersar ese segundo lugar con lo cual el beneficiario directo serí­a Pérez Molina, y entonces el evento se podrí­a resolver en una sola vuelta. En los pocos dí­as que restan, pareciera que el esquema propuesto por Suger, el de sumarse a los crí­ticos de Pérez Molina, no le asienta, pues no se le ve con plena comodidad, (¿Le dará tiempo de hacer un replanteamiento? ése es su principal reto inmediato). Además, falta ver qué tan creativa puede llegar a ser la propuesta (emotivo-electoral) de Caballeros. Y la segunda gran posibilidad girarí­a en torno a que se acentúen las simpatí­as hacia Baldizón. Ese podrí­a ser el gran temor de Pérez Molina, según se desprende de su actitud en el “Debate de la AGG”, la noche de ayer. En todo caso, la historia aún está por ser escrita y no hay nada absolutamente definido a 17 dí­as del cierre de la divulgación y propaganda electoral.