A partir del 2 de mayo, el Tribunal Supremo Electoral, una vez haya emitido y publicado la convocatoria a elecciones generales, se encontrará en el foco de la atención nacional e internacional.
jfrlguate@yahoo.com
Con el avance de los medios electrónicos y la televisión por cable, América Latina y el mundo entero iniciarán un detallado y permanente seguimiento al proceso electoral, dada la circunstancia que Guatemala ha sido conceptuada por Naciones Unidas como un Estado débil, muy cercano a pasar a la grave situación de un Estado fallido.
Por esa razón, el TSE deberá comprender la enorme responsabilidad que tendrá bajo su jurisdicción. Cualquier incidente o falla dentro del proceso electoral, sería tan grave como lo que ha acontecido en el área de seguridad como consecuencia de los múltiples asesinatos que se han dado durante el actual gobierno; especialmente el de tres diputados al Parlamento Centroamericano por el Estado de El Salvador y de cuatro supuestos responsables que pertenecían al más alto nivel de la Policía Nacional Civil.
Guatemala se encuentra en una caja de cristal y lo menos que podemos esperar es que los partidos políticos, sus candidatos a diferentes cargos de elección popular y el TSE, no escatimen esfuerzo alguno porque el proceso de campaña electoral y las elecciones propiamente dichas, culminen como un evento transparente, ejemplar, donde la concurrencia a votar sea la mejor muestra de las aspiraciones que todos tenemos porque en Guatemala exista una democracia representativa, donde el Estado de Derecho sea una verdadera realidad.
Recordemos que la Organización de Estados Americanos, OEA, vendrá anticipadamente y permanecerá meses observando el proceso eleccionario y que como una entidad responsable y experimentada en la verificación electoral, desplegará en los distritos electorales cientos de observadores que harán un trabajo previo que les permita ser los más eficientes observadores del proceso electoral.
La OEA, con su capacidad y experiencia, utilizando sus propios recursos, hará un conteo rápido el día de las elecciones, conteo que ha demostrado ser lo más cercano a un resultado definitivo, permitiendo ?de esa manera? no sólo la transparencia, sino la seguridad de que en Guatemala se dé la elección de un gobierno producto de la voluntad popular, un Congreso representativo de todas las corrientes y sectores de opinión que conforman la ciudadanía guatemalteca y en cada uno de los distritos electorales un gobierno municipal que sea la voluntad y la expresión de los votantes.
Los magistrados del TSE, si bien ya llevan años en los cargos para los que fueron electos por la legislatura 2000-2004, no tienen la experiencia que demostró tener cuando lo presidía el licenciado Arturo Herbruger o el licenciado Mario Roberto Guerra Roldán; por consiguiente, deben tener sumo cuidado de no entrar en conflictos y problemas innecesariamente porque de ello no solo dependerá la tranquilidad del pueblo de Guatemala, sino que inclusive ?dependiendo de su actuar? podría ser este evento electoral que marque el fin de su mandato; es decir su no reelección, hecho que me imagino sí desean.
Insisto en señalar que los próximos comicios serán sumamente competidos en todos los puestos de elección. Debemos aceptar que la casi totalidad de los partidos políticos se encuentran en una mala situación ante la opinión pública, producto ?indudablemente? de los permanentes señalamientos y campañas de inducción que el poder de la cúpula económica desarrolla para tener así un Ejecutivo subordinado y de preferencia castrado, lo que les permita continuar siendo ellos quienes determinen quién ocupa la mayoría de puestos en el gabinete, especialmente en el área económica y financiera, educación, recaudación y por supuesto, en el Ministerio de Gobernación y todas sus estructuras.