Las procesiones en Santiago, Capital del Reino de Guatemala


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Santiago Capital del Reino de Guatemala, fue fundada el 25 de julio de 1524 en Iximché, capital de los Cakchiqueles, lugar donde estuvo poco tiempo dado que en 1527 fue trasladada al valle de Almolonga situado en las faldas del volcán de Agua, estando allí hasta 1541, año en el cual una avalancha de agua, lodo, piedras y árboles destruye buena parte de dicho sitio, por lo que autoridades y habitantes se trasladaron al cercano valle de Panchoy,

POR MARIO ALFREDO UBICO CALDERÓN
Universidad de San Carlos de Guatemala

Lugar en el cual la Capital del Reino prosperaría, no sin sufrir el embate de recios temblores y terremotos que en más de una ocasión la destruyeron, sin embargo la tenacidad de sus pobladores hizo posible sendos procesos de reconstrucción lo cual rehabilitó templos, ermitas y otros muchos edificios en varias ocasiones, siendo hasta el 29 de julio de 1733 cuando el terremoto de “Santa Marta” hizo grandes daños lo que motivó un traslado más, esta vez al valle de la Ermita donde hoy día se yergue la Ciudad Capital de Guatemala.

En esta ocasión se tratará el tema de las procesiones en el tiempo durante el cual la Ciudad estuvo en el valle de Panchoy, dado que allí se configura y arraiga esta tradición al grado que hoy día su persistencia es notable y un rasgo identificatorio de la nacionalidad guatemalteca.

Una de las fuentes de información fundamentales para hablar de este tema para los primeros años del siglo XVII es el Libro de cofradía de la Veracruz, entidad penitencial con sede en el templo franciscano, en ese documento es descrito un recorrido procesional típico de esta cofradía así: ”…salga la procesion a las once de la noche y que salga deste convento y baya a la Iglesia Cated[r]ral y de alli al convento de nuestra Señora de la Merced y luego al Colegio de las Niñas y de allí al convento de Santo Domingo y de alli a[l] [de] las monjas [de Concepción] y luego se buelba a su casa…” ; la anterior información es ilustrativa en torno a detalles como la hora de salida y su recorrido, inicialmente a Catedral, luego a La Merced y de allí al Colegio de Niñas, es de indicar que este Colegio llamado popularmente el “Niñado”, al parecer se encontraba localizado donde ahora se encuentra el templo y convento de Capuchinas, prosigue el recorrido llegando a Santo Domingo y a La Concepción para finalmente estar de regreso al templo franciscano. A lo largo de los años siguientes se acordó que saliera la procesión en hora distinta, por ejemplo en el año 1611 a las 16:00 horas, mientras que desde 1615 se acordó alargar el recorrido para ir a la Compañía de Jesús. Esta procesión salía el día Jueves Santo. Pero ¿en que consistía realmente la procesión de aquellos remotos tiempos? en el año 1621 se describe la procesión que saldría el Jueves Santo a las 17:00 horas con estandarte, un Cristo grande cargado por dos fieles acompañantes, otro Cristo pequeño llevado por otro penitente, mientras que las andas de nuestra Señora portadas por devotos, así mismo las andas del Cristo de la Columna cargadas por otros piadosos cofrades, esta situación se observa mas clara en 1681 cuando se describe la procesión del siguiente modo: el Santo Ecce Homo bajo palio y en hombros de religiosos, la Santa Cruz llamada Lignum Crucis en hombros de sacerdotes, el anda de Nuestra Señora en hombros de hombres vestidos de túnica y capa negra con sus luces para que alumbraran la procesión. Esta y otras procesiones de aquel entonces fueron muy concurridas y recorrieron calles de tierra, sin duda polvorientas tomando en consideración que la Cuaresma y Semana Santa en Guatemala cae durante la estación seca. A lo largo de muchos años esta procesión con algunas pequeñas variantes salió del mismo modo, teniendo como elementos principales el Lignun Crucis, y las imágenes del Señor Crucificado, N. S. de Dolores y el Ecce Homo.

El Lic. Miguel Álvarez Arévalo en su trabajo titulado “Fuentes Documentales Inéditas para el estudio de la Semana Santa en Guatemala publicado en la revista Tradiciones de Guatemala del Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos en 1977 expone en relación a la procesión de Jesús Nazareno de la Merced que en el siglo XVIII una procesión de esta cofradía incluía tambor y pito, cruz alta y ciriales, penitentes, ángeles portando las insignias de la pasión, San Pedro, La Verónica, estandartes, insignias de cofradía, una campanilla, música fundamentalmente emanada de cajas y trompetas e imágenes de San Juan y Magdalena, aunque no se menciona taxativamente en la documentación este autor expone que la Virgen de Dolores estaba incluida en el cortejo. Adicionalmente se agrega el pago de mozos para cargar andas y palio.
Otra importante procesion era la de Animas del templo parroquial de San Sebastian que salía el quinto viernes de Cuaresma; para el año 1775 y con anterioridad eran objeto de veneracion procesional el Cristo de Animas, el Santo Exehomo y la imagen de Jesús Nazareno.

Otra procesión importante es la del Santo Entierro de Santo Domingo, a partir de un inventario de bienes de esta cofradía fechado para el año 1678 se tienen como elementos principales de la procesión los siguientes: las insignias de la pasión que estaban forradas de plata fina y eran: ”…una cruz grande una lanza, una esponja, una escalera, unas tenazas, un martillo, mazote, tres clavos y una corona de espinas…” así como un estandarte “… de tafetán negro con una cruz grande de plata bien tratado con sus borlas…” así mismo: “…siete echuras de madera grandes que sirven de angeles para el Santo Sepulcro…”; contando también con: “…once cruzes de madera que sirven para los que goviernan la procesion…”, y por supuesto la imagen de Jesús exánime que tenia: “…una cama de madera dorada entera que sirve para poner el Santo Entierro…”. Este inventario da cuenta de la indumentaria de los hermanos de la cofradía al mencionar “…otras sesenta y dos túnicas y capirotes negros bien tratados…”, habiendo contado inicialmente 87 túnicas negras viejas y rotas. Por aparte, el mencionado Lic. Álvarez Arévalo aporta información complementaria en relación a los ángeles portadores de las insignias de pasión, éstos eran vestidos por los gremios de la Ciudad, costumbre muy antigua la cual era considerada un privilegio de esas organizaciones de trabajo. Gerardo Ramírez en su trabajo titulado Consagrada Imagen del Señor Sepultado del Templo de Santo Domingo publicado el año 2000 expone entre otros asuntos la participación de los ángeles portadores de las insignias de la pasión y la participación de cargadores indígenas.

 Para el año 1780 pero ya en la Nueva Guatemala se menciona en esta procesión el paso de la muerte: “…compostura de la muerte que sale en la carretilla”, sin embargo este detalle no esta reportado en el inventario citado de 1678, así también se menciona la inclusión del Centurión, un personaje que también aparece en el siglo XIX en la procesión del Jesús Nazareno de Candelaria.
Otro detalle es que las anteriores tres procesiones tenían cofradías integradas por españoles y criollos, sin embargo las habían de mulatos y negros como sucedió con la del Rosario de Morenos con sede en el templo dominico y tenían el Lunes Santo su procesión, y de indígenas como fue el caso del Señor Nazareno de Candelaria y algunas de base étnica mas amplia como la de Jesús Nazareno de San Jerónimo integrada, según sus ordenanzas de cofradía fechadas para 1675 por españoles, mestizos e indígenas.
Como se pudo vislumbrar en los anteriores párrafos, las procesiones contaron con un significativo número de devotos, siendo de una notable complejidad sus organizaciones y modo de funcionar desde aquella época, sin embargo destaca el que año con año hicieron realidad estas importantes manifestaciones de fe pública.