Las primarias



Se acerca el tiempo de la decisión final en el seno de la GANA respecto al proceso de elecciones primarias que resultó accidentado por el retiro prematuro de Rigoberto Quemé, la sorpresiva inscripción del doctor Francisco Arredondo sin tener seguidores en el partido, luego el percance de ílvaro Aguilar que lo mantuvo fuera de contienda durante varias semanas, y por último el escándalo de Bancafé que provocó el retiro definitivo de quien parecí­a favorito, el licenciado Eduardo González.

De suerte que hoy en dí­a quedan en contienda Aguilar y Arredondo, con las quejas del último por lo que considera como un apoyo descalificador del equipo de gobierno a favor de quien fuera Ministro de Agricultura. El doctor Arredondo ha publicado encuestas en las que aparece como un candidato con muchas simpatí­as, pero hay que ver que el proceso de la GANA es muy peculiar y no se encuentra sujeto a más fiscalización que la interna del partido. Y siendo él ajeno a la estructura partidaria, será difí­cil que pueda tener un control efectivo de la instancia.

Nosotros planteamos desde que el doctor Arredondo anunció su deseo de participar en las primarias, que su aspiración era sumamente difí­cil de concretarse porque en todo partido quienes participan en un proceso de preselección de candidatos tienen posibilidades en la medida en que cuentan con apoyos estructurales, con respaldos dentro de la maquinaria del partido. Pero precisamente Rigoberto Quemé se dio cuenta que por mucho apoyo que él pudiera lograr entre pobladores del occidente del paí­s, tendrí­a serias dificultades para avanzar si no tení­a adentro de la dirigencia al menos algunas palancas. Y por eso se retiró considerando que no tení­a viabilidad su precandidatura.

Ahora el doctor Arredondo expresa su preocupación por apoyos descalificadores hacia su contendiente. Pero hay que ver que en el partido quien tiene amigos y cuenta con aliados naturales es Aguilar. No se trata simplemente de una evaluación técnica de quién pueda ser más competente y cuente con mejores credenciales para administrar el paí­s. Se trata también de una contienda en la que hace falta tener alianzas con los verdaderos factores de poder interno y eso pareciera ser lo que ahora está pesando mucho a favor de ílvaro Aguilar.

Elegir candidatos a la presidencia en un proceso tan abierto como el que propuso la GANA no es fácil en ningún lugar y menos en un paí­s donde no existe la tradición ni la costumbre de que el pueblo pueda, efectivamente, elegir con absoluta libertad. Y pretender que en tales condiciones no funcionen las lealtades partidarias ni los apoyos estructurales es imposible porque siempre y en todo lugar, las cosas discurren de manera distinta, sin que el caso de Guatemala y de su partido oficial vaya a convertirse en una excepción, por buenas que sean las intenciones.