La junta militar birmana anunció hoy que organizará el próximo mes una nueva subasta de gemas y piedras de jade, a pesar de los llamamientos internacionales para boicotear las piedras preciosas del país asiático.
El diario oficial New Light of Myanmar precisó que esta venta, la quinta del año, tendrá lugar del 7 al 19 de noviembre.
El anuncio fue hecho dos semanas después de la represión brutal por parte del régimen de los generales de un movimiento de protesta popular liderado por monjes budistas y opositores, que suscitó numerosas condenas en todos los continentes.
Las subastas de piedras preciosas se han convertido para la junta en uno de los principales medios de ingresar divisas, ya que atraen a compradores del mundo entero, que en cada subasta desembolsan en conjunto hasta 100 millones de dólares.
Birmania, donde uno de cada cuatro hogares vive bajo el nivel de pobreza, suministra cerca de 90% de los rubíes del mundo y dispone de importantes reservas de jade, muy apreciado en la vecina China.
La extracción se hace en condiciones de trabajo inhumanas, según testimonios de mineros birmanos.
A pesar de las sanciones contra el régimen, numerosas piedras birmanas llegan a los mercados occidentales a través de la vecina Tailandia, donde son talladas y pulidas antes de ser vendidas en Estados Unidos o Europa.
En 2006, durante una subasta en Christie’s, un rubí birmano de 8,62 quilates alcanzó un precio récord de 3,7 millones de dólares (425.000 dólares el quilate).
La famosa joyería neoyorquina Tiffany’s forma parte de los comerciantes, aún poco numerosos, que rehúsan vender piedras de Birmania.
La asociación profesional Joyeros de América pidió el miércoles, en una carta al Congreso, prohibir específicamente la venta en Estados Unidos de gemas extraídas de ese país.
Las sanciones estadounidenses destinadas a castigar al régimen birmano prohíben en efecto las importaciones provenientes directamente de Birmania.
Sin embargo, según responsables de esa asociación, las aduanas estadounidenses crearon en 2004 un atajo jurídico al señalar que las piedras preciosas birmanas talladas o pulidas en otro país tenían libre entrada en el territorio.
La organización Joyeros de América agrupa a 11.000 vendedores al por menor, como Tiffany’s, Zale o Cartier, que anunció esta semana que había cesado de comprar, hasta nueva orden, las gemas que pudieran provenir de Birmania.
Las subastas en Birmania atraen en general a centenares de compradores, principalmente de China, India y Tailandia, aunque la obtención de un visado es más difícil tras la represión.
A pesar de las subastas que organiza la junta para intentar acabar con el mercado negro, el contrabando de gemas prosigue a través de Tailandia, primer exportador mundial de rubíes.
Tailandia suministró en 2005 cerca de la mitad de las importaciones estadounidenses de esta piedra preciosa por un monto de 101,5 millones de dólares, según el diario especializado Colored Stone.