Es normal que las percepciones sean las que manejan a la población en cuanto a sus temores, emociones o ideas sobre temas en específico que le afectan en lo cotidiano y que son utilizados mediáticamente o por generadores de opinión como herramientas en los temas de interés nacional.
Las cifras oficiales y que han sido avaladas por instancias de observación independientes indican que las muertes violentas han disminuido en el primer trimestre de este año comparado con las registradas en el mismo período de los tres anteriores y eso es positivo pero tiene que generarse ahora el sentimiento completo de avance para que la percepción de la población vaya en el mismo sentido que el trabajo.
Ese complemento del trabajo es un sistema de justicia fuerte que sería el encargado de hacer que los responsables de los hechos, sin importar si son de alto impacto o no, se sometan a la justicia para que la percepción general sea que quien cometa un delito, pagará ante las instancias correspondientes.
Lamentablemente, la percepción no solo es que la violencia existe, sino que de lado de los asesinos la percepción es que la ley no les alcanzará y eso es lo que se tiene que cambiar.
Hay que reconocer un avance en el tema de la reducción de muertes violentas pero sentirse satisfechos ahorita es como que se sientan satisfechos en el tema de corrupción porque bajan las mordidas en tránsito pero no se logra eliminar los asquerosos negocios de la Portuaria, la compra de medicamentos, las concesiones de energía y minas y los contratos de infraestructura, etc.
Entonces hay que hacer el paquete completo. Cuando se logre que la percepción sea que la justicia es mucho más amplia que la voluntad de cualquier delincuente, es entonces cuando como país estaremos invirtiendo en la mejor percepción de todas que es el imperio de la ley.
Motivamos a que se continúe en los esfuerzos por reducir los hechos violentos pero pedimos un mensaje mucho más claro y contundente hacia la construcción de una estructura institucional fuerte y eficiente que permita que la percepción del ciudadano sea que está siendo protegido por su Estado en lugar de vivir en una sociedad impune.
En el tema de seguridad es muy importante que se envíen los mensajes adecuados a la población porque, igual que en la educación de un niño, si solo se le amenaza con un potencial castigo que nunca llega, sus actitudes seguirán siendo a su antojo. Una ley que cumpla con los ciudadanos, es la percepción que necesitamos.
Minutero:
Revertir la percepción
de una violencia rampante
exige que sea tajante
la ley y su aplicación