«Las órdenes se cumplen, no se discuten»


Quienes han egresado de la Escuela Politécnica u otras escuelas de formación militar, quienes han prestado servicio militar, han sido o son miembros del cuerpo de oficiales y jefes del Ejército, saben que para mantener la disciplina, la estructura de mando del Ejército: «Las órdenes se cumplen y no se discuten».

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

La Constitución Polí­tica establece que el Presidente de la República es el Comandante General del Ejército y «ejerce el mando de las fuerzas armadas de la nación con todas las funciones y atribuciones respectivas.

 

Dentro de la integración centroamericana, Guatemala logró la sede del Parlamento Centroamericano. En el gobierno que presidió ílvaro Arzú se suscribió el Tratado Sede, el cual fue ratificado por el Congreso de la República bajo la presidencia de Carlos Garcí­a Regás.

 

Ni el gobierno de Arzú, ni el de Portillo cumplieron con la obligación de entregar en propiedad el inmueble para la sede del Parlacen. No fue sino hasta que el presidente Daniel Ortega ofreció una bella sede en Managua que í“scar Berger, preocupado de evitar el traslado y que el paí­s perdiera el ingreso mensual de la venida de los diputados centroamericanos, decidió entregar la mitad del inmueble donde antes funcionó la Escuela Militar de Equitación para que ahí­ se construyesen las instalaciones.

 

El inmueble no se entregó en su totalidad, el Ministerio de la Defensa conservó todas las instalaciones que permiten ejercitarse  en equitación, mantener las cuadras  de soldados, un picadero y las caballerizas de los pocos caballos que no fueron trasladados a la Escuela Politécnica, lo cual hace factible continuar la terapia que se ha dado a niños minusválidos, como se puede comprobar, e incluso si se desea convertir esa manzana en un patronato permanente para esas funciones sociales.

 

Por razones que nunca explicó Berger, aún cuando el compromiso que establece el Tratado Sede es el de entregar en propiedad un inmueble al Parlacen, la mitad del terreno que se concedió, se dio en usufructo. La entrega ostentosamente se hizo en el Palacio Nacional, ante la comunidad internacional, los diputados al Parlacen, las autoridades locales y el Acuerdo Gubernativo lo recibió Julio González Gamarra, quien  garantizó que si a él se le elegí­a presidente del Parlamento, en su año de gestión, diseñarí­a y construirí­a el edificio sede en la mitad del inmueble cedido.

 

El tiempo pasó, González Gamarra sólo divagó y no construyó nada. Hoy, según oficio 7354, de fecha 13 de octubre de 2009, el actual ministro de la Defensa, General Abraham Valenzuela González, al contarse ya con los planos definitivos de construcción de la sede del Parlacen y requerí­rsele el inmueble, manifestó: «Derivado de la importancia estratégica que posee dicho inmueble para las funciones que desarrolla el Ejército de Guatemala, el Presidente de la República y comandante General del Ejército giró sus instrucciones al Ministro de Relaciones Exteriores para requerir al Ministro de Finanzas Públicas, se identifique un nuevo inmueble de similares caracterí­sticas al anterior para que puede constituirse nuevo usufructo gratuito por 50 años a favor del Parlamento Centroamericano».

 

¿Qué pasa, por qué la burla, qué tiene de estratégico ese medio terreno, de qué sirvió el acuerdo gubernativo y la escritura pública que otorgó el Estado de Guatemala para cumplir parcialmente una obligación contraí­da? ¿Por qué la nueva argucia de decir que es estratégico el inmueble?

 

El Presidente, el Estado de Guatemala no deben continuar incumpliendo y burlándose del Tratado Sede. «Quien comanda no suplica».