Si algo es ineludible para el próximo gobierno es el tema de los impuestos porque uno de los principales rubros de ingreso tiene vida apenas para los próximos doce meses y después de ello vendría un enorme agujero fiscal. Como siempre que se habla del tema, la primera reacción que hay de la ciudadanía es que no deben subirse los impuestos sino que debe mejorarse la calidad del gasto y ello es importante, pero tenemos que reconocer que no es para nada suficiente si se toma en cuenta la necesidad de inversión social que tiene el país.
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Eso nos deja con el tema del aumento de los ingresos y en ello hay varias tendencias y opciones. La primera, seguramente apoyada por el sector empresarial y por los actuales contribuyentes, sería la de aumentar la recaudación haciendo entrar a la formalidad a muchos de los que actualmente hacen negocios fuera de ella. La economía informal de Guatemala es enorme y si se iniciara un programa muy agresivo para forzar a que todos los que negocian se inscriban como contribuyentes y paguen impuestos, sin duda que se podrá aumentar la recaudación sin mover los actuales impuestos. Ello significa una lucha frontal contra la evasión, porque la informalidad es al fin de cuentas evasión fiscal, y la cantidad que se podría recaudar sería muy significativa.
Otra opción, largamente favorecida por los empresarios, es la de aumentar los impuestos indirectos como el IVA, que son de más fácil recaudación pero que sin duda tienen el inconveniente de que en materia de justicia tributaria se quedan muy cortos porque a la larga el consumidor final y el más pobre son quienes porcentualmente más pagan. Baste decir que quienes no tienen capacidad de ahorro pagan IVA sobre sus consumos que son para subsistencia, mientras que quienes tenemos más poder económico podemos ahorrar y eso no está afecto por ese impuesto.
Pero la verdad es que lo que debe hacerse es una combinación de medidas que ataquen la evasión en todas sus formas, que aumenten la cantidad de contribuyentes y, además, implementar medidas para buscar como elemento indispensable del sistema tributario la justicia para que cada quien pague en la medida de sus posibilidades y entendiendo que los impuestos bien utilizados y bien invertidos son un mecanismo para redistribuir el ingreso nacional, puesto que si bien la economía ha crecido últimamente, es un hecho que ese crecimiento se queda en muy pocas manos y que los niveles de pobreza siguen siendo demasiado altos.
El gran debate nacional tiene que incluir, a mi juicio, dos temas cruciales que tienen relación. El tema fiscal y el tema de la impunidad. Tenemos que hacer que el país crezca de manera más equitativa y ello no es posible mediante políticas de derrame del bienestar y tenemos que hacer que el país viva en el marco de la ley y eso no se puede mientras haya tanta impunidad hasta en el tema de los impuestos que se evaden con tanta facilidad.
Si el gobierno próximo se propusiera grandes acuerdos en esos dos temas y avances que fueran significativos, la calidad de vida en el país cambiaría de manera más que notable.