Las niñas – madres


edit-gonzalez

“La explotación sexual en los niños en la prostitución, es muy alarmante”. Najat Maalla M’Jid, Relatora Especial de Naciones Unidas.

Mi relación con hospitales del país, entre ellos el Roosevelt, me ha permitido conocer esta dolorosa y diaria realidad de la niñez guatemalteca. Niñas de 14, 12, 10 años embarazadas.

Edith González


Y entre una y otra la realidad; la del embarazo, la de la familia e incluso el varón, que rechaza el embarazo en estas niñas y las abandona a su suerte, la del no saber qué hacer, ni cómo cargar al bebé, cómo alimentarlo y menos cómo mantenerlo a futuro. Estas niñas, que deberían estar jugando y estudiando, resultan siendo madres de hijos, de padres que les abandonan, o cuyo nombre deben callar, pues todo se da en un torbellino de silencio, en una eterna curva de miseria económica y/o moral, en un ambiente sin control, en una familia incapaz de reconocer el embarazo de la hija, hermana o nieta, por el prejuicio del “qué dirán” o por la miseria en que viven, o sobreviven.

Doce años de edad, pelo negro liso caído sobre los hombros.

Adolescente embarazada por su novio mayor de edad. Luego de parir a su hijo, abandona el hospital, dejándolo en la Sala Cuna.
Doce años de edad, adolescente, violada por su padrastro busca el monte para parir en donde abandona al hijo para evitar ser echada a la calle por su madre.

¿En dónde se fracturó nuestra sociedad? ¿Cuándo se perdió el control? ¿En qué momento los padres fuimos irresponsables y los dejamos en manos del inframundo de la misma sociedad? ¿Cómo nos iniciamos en la tolerancia de la pornografía disfrazada de anuncio, de la moda para desvestir y mostrar, del lenguaje cargado de sexo, del explorar las relaciones sexuales sin control todos contra todos como en el principio de la humanidad, sin valores ni temores?

Ahora surge una nueva figura en la sociedad guatemalteca: “Las niñas-madres”. Recién ha terminado su visita de fiscalización Najat Maalla M’Jid, relatora de Naciones Unidas para casos de explotación sexual y prostitución de los niños y se va perpleja al descubrir que un 51% de niñas y niños guatemaltecos, han sido víctimas de violencia sexual. Siendo responsables los mismos guatemaltecos, quizás los padres, los hermanos, los tíos, los abuelos, los vecinos, los amigos… Es necesario, terminar con estos vejámenes y evitar que las niñas se conviertan en madres adolescentes, debemos rechazar los antivalores y enseñar a los adolescentes la responsabilidad que conllevan las relaciones sexuales e incluso los riesgos que corren, y castigando severamente a los adultos abusadores, para romper con este círculo de violencia infantil.