Las movidas del «conejo»


El diario La Hora, del 16 de marzo de 2009, publicó un extenso reportaje de cuatro páginas bajo el titular «Subsidio: un millardo a la basura», refiriéndose a lo que se le ha entregado, en los últimos ocho años, a ese servicio privado sin que haya mejorado sino por el contrario continuamente se ha deteriorado.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

De igual manera, el súper conservador medio de comunicación Siglo Veintiuno, en una actitud fuera de lo normal a su lí­nea editorial, publicó dos hojas completas el dí­a 21 de marzo bajo el tí­tulo «Finanzas retoma cobro por deuda de tomates».

 

En ambos reportajes existe el denominador común de la ineficiencia, del deterioro que ha implicado la gestión municipal de Guatemala en ese importante servicio que afecta a los usuarios, al tráfico, a la misma seguridad de las personas, de los pilotos y operadores de los autobuses urbanos.  No ha habido una muestra más grande de ineficiencia, de abuso, de malos manejos y corrupción que el transporte urbano.

 

999 millones 204 mil 325 quetzales son los datos oficiales de lo que se ha entregado en subsidio, del año 2001 al 2008, a los dueños de autobuses urbanos, según el Ministerio de Finanzas y lo publicado en La Hora. Con esa cantidad podrí­a haberse comprado como mí­nimo 999 buses con un valor de un millón de quetzales cada uno, unidades que podrí­an ser propiedad de la municipalidad de Guatemala o de una empresa pública con lo cual se hubiera sustituido a la totalidad de los autobuses tan deteriorados que prestan el servicio a la población capitalina. Con ese millón, sin duda alguna, se pudieron haber comprado las mejores unidades con equipos de cobro prepagado, cámaras de seguridad, alarmas y JPS. Todo ello sólo con lo que se ha entregado en subsidio y no ha sido invertido por los empresarios actuales.

 

En cuanto al otro  tema del pago de la deuda de los 800 buses que compró í“scar Berger en 1997-98, se puede decir que «don conejo» malversó, mal administró como alcalde de esa época Q450 millones de capital de préstamo que le otorgara el  Banco Centroamericano de Integración Económica, a lo que se le debe adicionar Q185 millones 600 mil de intereses, además Q32 millones de IVA de importación y Q12 millones 600 mil de rentas de predios por cuatro años, según lo publica Siglo Veintiuno. También se deberí­a adicionar el valor de los impuestos de importación que corresponden a esos 800 autobuses que de la noche a la mañana entregó í“scar Berger, de forma ilegal, a los operadores mal llamados empresarios del transporte urbano y también sumar el impuesto de circulación que evadieron pagar al mantener a nombre de la municipalidad todos esos autobuses durante todos los años transcurridos.

 

En otras palabras, la suma asciende a un mí­nimo de Q680 millones 200 mil, a la tasa de cambio de 1997 y 2001, a lo que al agregársele los impuestos de importación, los de circulación, más el ajuste a la tasa de cambio actual, implica que í“scar Berger es responsable del no pago de Q1 mil millones, cantidad que el Estado de Guatemala, como avalista del financiamiento que lograra Berger con el BCIE, ha tenido que absorber y pagar ante el incumplimiento que hiciera «el conejo». En sí­ntesis, sumados los dos gastos malversó dos mil millones para nada.

 

Qué responsabilidades penales y civiles se le va a requerir a Berger y a sus cómplices, cuántas portadas, hojas principales y columnas se dedicarán al tema o, igual que con el Banco Empresarial, ya no se hablará más del problema para que el conejo siga campante y como en la canción terminemos diciendo «el conejito se molestó, dio media vuelta y se marchó».