El nuevo libro de Nelson Mandela, delgado, de tapas negras y una tipografía que obliga a esforzar la vista, parece una biblia o libro de oraciones.
Quienes prepararon «Nelson Mandela By Himself» (Nelson Mandela por él mismo) trabajaron con un fervor casi religioso para asegurar que las palabras del emblemático líder contra el apartheid lleguen al mundo con la mayor exactitud.
JOHANNESBURGO / Agencia AP
El libro apareció el lunes, aunque unos días antes Mandela le obsequió un ejemplar firmado a la primera dama estadounidense Michelle Obama durante su visita a Sudáfrica.
Los editores Sello Hatang y Sahm Venter, empleados de la fundación de Mandela, que posee parte de sus archivos, dijeron que reciben miles de pedidos de investigadores y otras personas deseosas de verificar la exactitud de tal o cual cita.
Venter dijo que la recopilación de citas quiere mostrar a Mandela, laureado con el premio Nobel de la paz y primer presidente negro de Sudáfrica, como un ser humano íntegro.
Además, «había que incluir las citas emblemáticas que todos conocen», añadió.
Para ello recurrieron a sus discursos, anotaciones, conversaciones grabadas y otros materiales, algunos de ellos inéditos antes de este libro.
Hatang y Venter dicen en la introducción: «Todos podemos rendir homenaje a Nelson Mandela citándolo correctamente y con precisión».
El libro está dividido en 317 temas, de la «a» a la «z». «Prisión» está dividido en 26 subtemas, uno menos de los años que Mandela pasó en la cárcel, con reflexiones sobre la libertad, los visitantes e incluso la posibilidad de una fuga.
El encabezamiento Victoria aparece entre Venganza —»Tuvimos que negarnos a que nuestro largo sacrificio convirtiera en piedra nuestros corazones»â€” y Violencia: «La gran ira y la violencia jamás pueden construir una nación».
El predominio de lo edificante y lo pedagógico invita a las comparaciones con el librito rojo de Mao. Pero también aparece el Mandela que duda de sus propias decisiones:
«Con frecuencia me he preguntado si se justifica que una persona descuide a su propia familia para luchar por conseguir oportunidades para los demás».
Y no faltan destellos de su célebre sentido del humor:
«Aunque más no fuera para destacar que soy humano y tan falible como cualquiera, permítaseme reconocer que… los panegíricos me halagan».
El orden cronológico de las citas dentro de cada encabezamiento permite al lector conocer la evolución del pensamiento de Mandela, o como se ha mantenido firme en algunos aspectos, como sucede con su lealtad a los regímenes de Cuba y Libia, que apoyaron al Congreso Nacional Africano durante la lucha contra el apartheid. Sus primeras observaciones sobre los padecimientos de ífrica bajo el imperialismo se vuelven críticas a los tiranos del continente mismo.
Acerca del sida, una enfermedad que ha devastado Sudáfrica, su franqueza crece con la urgencia de enfrentarla.
En 1992: «Para muchos de nosotros es difícil hablar de sexo con nuestros hijos, pero la verdad de la naturaleza es que si no orientamos a la juventud hacia el sexo más seguro, la alternativa es hacerle el juego a la enfermedad mortífera».
Y en 2005: «Mi hijo ha muerto de sida».