Las dos caras de una derrota


Los senadores, John McCain y el presidente electo de Los Estados Unidos, Barack Obama,

Los guatemaltecos hemos sido testigos de las dos caras de una derrota. Hace un año, tras ser vencido en las urnas electorales, el general Otto Pérez Molina, del Partido Patriota, reconoció haber fracasado pero anunció una «férrea» oposición al nuevo presidente de Guatemala, ílvaro Colom. Contrario a ello, hace 48 horas, el candidato del Partido Republicano, John McCain felicitaba a Barack Obama como nuevo Presidente de Estados Unidos y pedí­a a Dios que «inspire a su antiguo oponente y su futuro Presidente».


Esos hechos reflejan que Guatemala no sólo figura en los últimos lugares de desarrollo humano y social, sino también en el área polí­tica. Mientras aquí­ debió esperarse que Pérez reconociera su derrota, en Estados Unidos, el candidato republicano, en un discurso que hizo evidente su altura polí­tica, apeló a la unidad del paí­s.

El pueblo estadounidense ha hablado. Esta es una elección histórica, «he llamado al senador Obama para felicitarle tras ser elegido Presidente de este paí­s que ambos amamos», la elección representa «un gran avance para Estados Unidos» y es «una prueba de que hemos superado el racismo», dijo.

Mientras McCain pidió que «Dios inspire a mi antiguo oponente y mi futuro Presidente», el general Pérez Molina reconoció su derrota en breves declaraciones a los medios de comunicación y afirmó «Hemos perdido la batalla, pero no la guerra», y advirtió que «vamos a ser crí­ticos y los principales opositores contra la pobreza, la impunidad y la corrupción desde el Congreso».

McCain instó a todos los estadounidenses a buscar maneras de unirse para llegar a los compromisos necesarios. «mejor voluntad y un serio esfuerzo» para ayudarle a afrontar los retos actuales de EE.UU.

Los estadounidenses «han hablado y lo han hecho claramente», señaló el senador por Arizona. John McCain tuvo varias palabras de reconocimiento para su rival demócrata, especialmente por «inspirar la esperanza de tantos millones de estadounidenses que una vez pensaron erróneamente que tení­an poca influencia en la elección de un presidente norteamericano». «Es algo que admiro profundamente y le elogio por conseguirlo», dijo el republicano, que también reconoció «el especial significado que tiene para los afroamericanos» la elección de Barack Obama como Presidente.

Viene al caso contrastar el discurso del senador McCain con sus homólogos latinoamericanos, que en lugar de pensar en su paí­s, después de perder una elección, lejos de contribuir a la gobernabilidad conspiran contra ella, afilan sus uñas para destruir a quien la voluntad popular ha depositado su confianza en las urnas. Guatemala, no es la excepción del subdesarrollo polí­tico que caracteriza a la región, donde sus dirigentes son dueños, amos y señores de sus partidos polí­ticos, donde no caben liderazgos genuinos, sino compadrazgos y amigos, pero fundamentalmente sí­ cuentan con recursos para financiar la institución. Ejemplos, de esa naturaleza sobran en nuestra polí­tica criolla que se resiste a democratizarse y a legislar en ese sentido desde dentro de sus instituciones que han constituido desde el llamado retorno a la institucionalidad y democracia en verdaderos feudos, clubs privados, donde solo cabe quien tiene lo suficiente para pagar la membresí­a.