Las dos caras de la minerí­a


Esteban Rojas Carrizo, uno de los mineros atrapados, grabó un video para demostrar que están bien. FOTO LA HORA: AFP MINISTERIO CHILENO DE MINERíA

El rescate de los 33 mineros atrapados por un derrumbe en Chile hizo aflorar las dos caras del sector en el paí­s, donde conviven grandes empresas de alta tecnologí­a y sueldos altos con las pequeñas y medianas, más artesanales y con menos privilegios para sus trabajadores.


La minerí­a es un sector clave para Chile, que con casi 3.500 empresas y más de 174 mil trabajadores, representó en 2009 el 15,5% del PIB y el 57,8% (USD 30.632 millones) de sus exportaciones.

La cordillera de los Andes en su parte chilena esconde un 38% del cobre mundial, lo que ha atraí­do a grandes empresas del mundo.

Soquimich, Minera Teck Cominco, BHP Billiton, Xstrata Cooper, Minera Escondida o Doña Inés de Collahuasi son algunas de las grandes firmas que extraen y procesan el mineral, con cantidades superiores a los 50.000 toneladas anuales de mineral procesado, y con plantillas de alrededor de 15.000 trabajadores.

Los salarios de los mineros de Escondida, por ejemplo, ascienden a unos 1.500 dólares mensuales, más bonos de productividad y asignaciones de salud y educación, en un paí­s donde el salario mí­nimo es de 250 dólares.

Mejor aún son las condiciones de Codelco, la estatal cuprí­fera, donde trabajan 19.334 personas, y su remuneración media bruta de los mineros es de 2 millones de pesos (unos 4.000 dólares).

Los fuertes sindicatos y los mayores niveles de producción y personal obligan a las empresas a proveer de mejores condiciones a sus trabajadores, y a la vez, son más controladas por los fiscalizadores.

Los turnos de trabajo son duros, largos y tediosos. Los mineros conviven con el polvo y la oscuridad. La distancia entre sus casas y el yacimiento les obliga en muchas ocasiones a vivir en campamentos, y cumplir turnos de 12 horas durante 4 o 7 dí­as, para descansar otros 4 o 7.

«Damos la mitad de nuestra vida a la empresa y la otra mitad a nuestra familia, explica a la AFP Carlos Arancibia, presidente de la Federación Minera de Chile, que agrupa a unos 12.000 trabajadores de 22 sindicatos.

En la otra cara, las pequeñas explotaciones trabajan con una plantilla de entre 14 y 20 trabajadores, con sueldos que oscilan entre los 800.000 y un millón de pesos (unos 2.000 dólares), y en los que no se incluyen ni bonos ni ayudas en salud y educación.

Jorge Pavlevic, quien representa a la pequeña minerí­a en la Sociedad Nacional de Minerí­a, asegura a la AFP que su sector tiene «la mejor voluntad de adecuarse, pero nos falta orientación y ayuda económica.

«El reglamento de seguridad es igual para todos, grandes y pequeños. Y nosotros no podemos asumir unas exigencias tan altas. Si no nos ayudan, no vamos a poder cumplir. Nos van a cerrar las faenas, y esto significa un montón de gente sin trabajo», dice.

El Reglamento de Seguridad Minera al que hace referencia Pavlevic asegura unos estándares de seguridad altí­simos. El minero explica que «hasta ahora el Sernageomin (Servicio Nacional de Geologí­a y Minas) era más flexible con nosotros, nos hací­a recomendaciones sobre los estándares más básicos».

Sin embargo tras el accidente en la mina San José, el Sernageomin, órgano estatal que vela por la seguridad de los trabajadores mineros, endureció las normas y aceleró el cierre de 18 pequeñas minas en el norte del paí­s la última semana.

Por esta razón Pavlevic ha solicitado la creación de un Fondo Nacional de Seguridad y Prevención de Riesgos, para que el Estado ayude a los pequeños yacimientos a ponerse al dí­a en condiciones de seguridad.

Para fiscalizar todas las minas del paí­s el Estado cuenta con 16 técnicos, y en la zona de Atacama, que concentra el 7,9% de las explotaciones y donde ocurrió el accidente, tan sólo cuentan con dos fiscalizadores.

Según datos del Sernageomin en los últimos 15 años, han muerto un promedio de 31 mineros por año

Antes del derrumbe en San José, el caso más grave que se produjo fue en 1994, cuando una explosión en la mina de carbón de Schwager (sur) mató a 21 personas.

En las últimas tres semanas, empresas grandes y pequeñas y trabajadores de todas las minas del paí­s aunaron esfuerzos para sacar a sus 33 compañeros que quedaron atrapados por un derrumbe el 5 de agosto en la mina San José.

«Existe un antes y un después tras el accidente de San José. Como sector, ahora estamos en el ojo del huracán», aseguró Pavlevic.

MINEROS Imágenes de buen ánimo


Imágenes de los 33 mineros que están atrapados en el fondo de un yacimiento al norte de Chile fueron grabadas y mostradas a sus familiares y luego por la televisión, y en ellas se los ve organizados y en buen estado de ánimo.

Las imágenes muestran a un grupo grande de los mineros -todos con el torso desnudo-, mientras uno de ellos, que no se identifica y tiene una barba poblada va describiendo frente a una cámara que les fue enviada por una pequeña sonda.

El minero muestra un botiquí­n y dice «acá lo tenemos todo bien organizadito… alcohol, remedios, desodorantes, pasta de dientes. Por acá tenemos un dominó. Este es el lugar donde nosotros nos entretenemos, hacemos una reunión todos los dí­as, planificamos. Acá oramos».

Luego otro minero dice: «Saludos a mi familia, sáquenos luego por favor».

Atrás varios hombres saludan a la cámara.

El primero vuelve a decir «éste es como el lugar en que nosotros nos entretenemos, nos castigamos (comemos), acá nosotros hacemos reunión todos los dí­as, planificamos, oramos».

«Está bastante bien organizado el cuento, porque de aquí­ (muestra un bidón) sacamos agua para los dientes, la carita y hacemos limpieza básicas», insiste.

Luego un tercer minero, con casco rojo, señala que «para tranquilidad de todos afueras, acá adentro hay gente profesional (…) para así­ poder hacer parte o ayudar desde aquí­ abajo» al rescate.

«Hay un excelente grupo de trabajo acá adentro y hay un excelente grupo de profesionales, esa es una de las cosas que más nos ha fortalecido acá», señala.

La cámara entonces se pasea en otro espacio donde algunos mineros están acostados y se van levantando cuando sienten la luz de la cámara.

Al final los mineros cantan el himno nacional y aplauden de nuevo.

En total se presentaron 45 minutos de imágenes que fueron mostradas a las familias que permanecen en un campamento montado en las inmediaciones de la mina, comprobó la AFP.

Los mineros están atrapados a 700 metros de profundidad en una mina al norte de Chile desde hace exactamente tres semanas, y deberán esperar entre tres o cuatro meses para ser rescatados.

El domingo pasado una sonda llegó hasta el lugar donde se encontraban y los halló a todos con vida.

Las imágenes se vieron cuando las autoridades de Salud manifestaron su preocupación por los efectos sicológicos que tendrá para los mineros un rescate tan largo.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich dijo que «el escenario médico sigue siendo razonable» y que «tenemos una idea bastante clara que sufren de deshidratación y han bajado mucho de peso».

También dijo que cuatro expertos de la agencia espacial estadounidense NASA arribarán entre domingo y lunes a Chile para colaborar con las operaciones de atención y rescate de los mineros.

El plan contempla estrategias para tenerlos ocupados y un programa de ejercicios fí­sicos que facilite la salida por el ducto de 66 centí­metros de diámetro que se construirá a partir de este fin de semana para sacarlos, uno a uno, desde los 700 metros de profundidad donde se hallan.

La ventaja para los mineros es que al interior del yacimiento tienen un espacio para moverse de unos 1,5 km de extensión.

Mientras tanto los dueños del yacimiento en Chile donde están atrapados los 33 mineros fueron demandados y sus bienes congelados.

La acción legal también alcanza a un organismo público de control de la minerí­a que incumplió su labor de fiscalización.

La querella «es por el delito de prevaricación, buscando la sanción penal por haber obtenido irregularmente la autorización para el ejercicio de las faenas y así­ dejar atrapados a los 33 mineros», dijo a la AFP el abogado Remberto Valdés.

«No estoy pensando en la recompensa monetaria, estoy pensando en las personas responsables, no solamente los dueños de la minera, sino la gente que no hizo su trabajo» de fiscalizar, dijo Carolina Narváez, esposa del minero Raúl Bustos, sobre las motivaciones de su querella.

Posteriormente un juzgado chileno ordenó retener para futuras indemnizaciones 1,8 millones de dólares que la minera San Esteban -propietaria del yacimiento donde se encuentran atrapados los trabajadores- debí­a recibir del Estado por la venta de cobre, dijo a la AFP una fuente judicial.

La historia de los mineros ha generado una inmensa solidaridad en Chile desde el domingo pasado cuando fueron contactados por una sonda e hicieron llegar a la superficie un mensaje escrito en letra roja que decí­a «Estamos bien en el refugio los 33».