Las diferentes caras de la indemnización laboral


Luis Fernández Molina

La indemnización laboral, que generalmente se conoce y exige como «mi tiempo» o «mi tiempo de servicio», es una piedra angular en la estructura del derecho de trabajo en la mayorí­a de los paí­ses de Hispanoamérica. Nuestra Constitución Polí­tica la consagra en la literal o) del artí­culo 102 que establece la obligación de pagar un mes de salario por cada año de servicios continuos cuando ocurra un despido injustificado o indirecto, ello «en tanto la ley no establezca otro sistema más conveniente que le otorgue mejores prestaciones.» Ahora bien, la indemnización provoca diferentes escenarios y actuaciones, veamos en primer lugar los aspectos positivos para el trabajador: A) Garantí­a laboral: Esta es la primera intención que impulsó la indemnización: desmotivar al empleador que realizara despido sin causa justificada; al imponerle una sanción o castigo el empleador iba a limitar los despidos directos. En el fondo cumple una función de estabilidad laboral, un ancla que asegura al asalariado su puesto de trabajo. B) Reserva financiera: Cuando un despido ocurre, el trabajador queda sin ingresos; por ello el fondo indemnizatorio viene a ser una provisión que le permitirá mantener su ritmo de vida por cierto tiempo, al menos mientras encuentra otra ocupación. La antigí¼edad en el puesto se toma muy en cuenta por cuanto el trabajador vení­a siendo más dependiente, su modus vivendi giraba alrededor de ese puesto, por ello a más tiempo mayor indemnización. Hasta aquí­ los aspectos positivos. Sin embargo cualquier observador objetivo podrá descubrir algunos aspectos negativos: C) Limitación que puede representarse en diferentes ejemplos: c.1) Ignacio Monroy proyecta establecer un negocio pero si renuncia perderí­a la indemnización de 12 años; decide esperar, iniciará su empresa en otro momento; c.2) A Maricruz Ortega le ofrecen otro trabajo en el que va a tener mejores condiciones y le abre nuevos horizontes, sin embargo «hace números» comparando el aumento versus lo que perderí­a al renunciar; finalmente continúa en su mismo puesto; c.3) Alejandra Martí­n planea casarse, pero tendrí­a que dejar el trabajo y sacrificar la indemnización; mejor pospone la fecha de la boda. Nota: Para cada uno de esos casos partimos de la premisa de personas honorables -como debe ser- que no fingirí­an acciones deshonestas. D) Amarre. Giovanni Flores reconoce que ha tenido problemas con el alcohol y teme que un fin de semana «se le vaya la mano» y de ausentarse tan sólo dos dí­as darí­a causa suficiente para que se le despida con causa justificada y pierda los 18 años que tiene acumulados. En todo caso vive tenso, pendiente, aprehensivo. E) Efecto Distorsionador. Todo empleador calcula la indemnización que habrá de pagar en un futuro incierto y a algunos empleados que no saben quiénes serán; por lo tanto se provoca una diferencia entre los mismos trabajadores; realizando el mismo trabajo unos recibirán indemnización y otros no; y ello no necesariamente por el hecho del despido injustificado, pues algunos son despedidos con causa, pero el empleador no puede o no quiere llegar a probar. F) Ambiente tenso. Don Roberto quisiera que varios trabajadores que tienen más de 10 años laborando se fueran o que cometieran alguna falta; por su parte esos trabajadores esperan algún gesto negativo del patrón para invocar despido indirecto. El ambiente laboral es incómodo; están desarrollando un juego de quién sorprende a quién, lejos de la armoní­a y confianza que debe privar en la relación laboral. G) Tribunales. Cabe mencionar que más del 90% de los procesos laborales giran alrededor del pago de la indemnización.