Hablar de las elecciones a nivel local o municipal, y de cómo las conciben las mujeres mayas, no deja de ser una reflexión de fondo, ya que en esos momentos una se encuentra con una diversidad de imágenes, rostros, vivencias, y experiencias. Durante semanas, los partidos políticos adornan las comunidades, sobre todo los que tienen suficiente publicidad y financiamiento para alcanzar el resultado esperado. Es en este tiempo en que las comunidades esperan la llegada de los candidatos con sus regalitos; muchos están hechos para hombres: los machetes, azadones, limas para lija y lazos.
Los foros locales son organizados por hombres, principalmente para intentar revisar los planes de trabajo de los candidatos, pero no buscan programas que apoyen el desarrollo de las mujeres; estos foros se convierten en un encuentro con gente mentirosa y sin identidad con la población femenina. Los regalos para las mujeres se circunscriben al ámbito privado: delantales, guacales y cubetas. También llegan a atentar contra la identidad de las mujeres al pretender que utilicen playeras, en vez de sus gí¼ipiles.
El día de las votaciones, en la fila para emitir el voto, muchas mujeres platican por quién votar. ¿Quién es el menos peor de los candidatos? ¿Qué pasa si se vota por un partido distinto en cada papeleta? ¿Cómo se debe agarrar el crayón? Hay algunas que reaccionan con más indiferencia, porque nadie cumple lo que promete. Es un proceso del que disfrutan más los hombres.
Para algunas mujeres, las elecciones son sólo una ida más del mercado, una visita más al pueblo, votar es sólo cumplir con un compromiso. Para otras, es el único día en que alguien más revisa la cédula o el empadronamiento, porque en las comunidades, algunas mujeres creen que tener cédula es sólo para ir a votar. Hay quienes creen que votar es atender una parte de la obligación como ciudadana o una oportunidad de elegir a quienes les van a representar.
Se tiene claro que el Estado no llega a las comunidades después de las elecciones, por lo que no es un día de esperanza, no es día de festejo, de alegría, de armonizar a la gente; más bien es un día de preocupación por los resultados, particularmente, al momento del conteo de los votos en las urnas, que causa temor por el enfrentamiento de los candidatos.
Es necesario trabajar más en la materialización del derecho y del ejercicio ciudadano, debemos reflexionar el significado que esto tiene para nosotras y el impacto que tendría a nivel de nuestras vidas si se vuelve real y efectivo. Es necesario fomentar las alianzas entre nosotras las mujeres para ayudarnos y apoyar la formación de las mujeres en las comunidades para su participación política.
Quiero felicitar los esfuerzos existentes que se realizan para la concientización de las mujeres. Quiero animarlas a que sigan adelante, ya que las luchas y los logros de las mujeres no han sido regalos de nadie, han sido procesos históricos, de conquistas y de luchas en donde también hemos tenido mártires; por eso estos procesos no deben verse solamente como las «dichosas elecciones». masmujeresmejorpolitica@gmail.com