Las contradicciones del gobierno de Otto


EDUardo-Blandon-2013

Si en la vida ordinaria, nuestro transcurrir se encuentra lleno de contradicciones, la vida política no es muy diferente. Quizá incluso sea un reflejo de esas paradojas con las que tenemos que luchar a diario. Me refiero a esa especie de dialéctica que el gobierno del flamante Otto Pérez Molina ostenta con sus medidas políticas. Vamos a ello.

Eduardo Blandón


Por una parte, la administración patriota nos advierte la necesidad de contratar una empresa extranjera, argentina, mexicana o de donde sea, porque la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), carece de los controles y la capacidad en general para agenciarse de fondos. Estamos al borde de la quiebra, casi se anuncia. No llegamos a la meta, muchas empresas escamotean los impuestos y las aduanas son el epítome de la corrupción.

    En otro sentido, los dirigentes de la organización política naranja, gestionan privilegios fiscales para algunas empresas a través de la «Ley de Inversión y Empleo». Según los entendidos, al menos los que están a favor de ella, se trataría de prolongar una ley cuya intención es atraer la inversión al país. Es una política macabra, dice la Cámara de Comercio, porque el país se privaría de muchísimos recursos por demasiados años.

    Todo ello quizá tendría sentido, si no es porque el gobierno, al tiempo que afirma carecer de recursos, gasta a granel e indica la necesidad de invertir más fondos. Pongamos algunos ejemplos. Ayer mismo, el presidente Pérez Molina anunció que se necesitan Q100 millones para la construcción de al menos mil 400 viviendas que deberán ser reconstruidas a causa del terremoto reciente. ¿De dónde saldrán los recursos, si se priva de ingresos a través de los impuestos?

    La SAT misma pactó recientemente el pago por Q28 millones para alquilar un edificio por tres años. En total, la entidad cancelaría casi Q60 millones por alquiler de oficinas en dos inmuebles. ¿Cómo harán para obtener los recursos si el Congreso gestiona privilegios fiscales?

    Hay más. Recientemente, el Congreso erogó Q26 millones. Los diputados, los ángeles del infierno, se gastaron o tienen en proyecto gastarse, según las notas de prensa, Q1.3 millones en muebles. Plasmas, cortinas, frigobares y microondas. ¿Qué barita mágica tendrá el gobierno para agenciarse tanto dinero si decide ella misma limitarse por la vía impositiva?

    Para terminar de rematar las contradicciones del gobierno Pérez-Baldetti, el Fondo Monetario Internacional (FMI), de visita recientemente al país, abogó por más ingresos por la vía de los impuestos. Todo lo cual demuestra la inconsistencia del proyecto político de la actual administración y el desmadre de quienes hacen política pública.

    Es urgente, una estrategia que permita no solo la captación de recursos para la inversión social, sino el uso prudente de ellos. Mientras el gobierno continúe dando información contradictoria, privándose de recursos para volver felices a sus patrocinadores y anunciando la necesidad de inversión para proyectos que no son esenciales para el país, la población continuará escéptica y el daño en la moral de los ciudadanos seguirá en picada. No sé si todavía hay tiempo para corregir el rumbo.