Las cartas están echadas en Argentina


Las cartas quedaron echadas este jueves en el último entrenamiento intenso de Argentina, que intentará poner a Nigeria contra las cuerdas con un ataque a fondo, el sábado en la apertura del Grupo B del Mundial de Sudáfrica-2010.


El delantero Lionel Messi, superartillero y el mejor jugador del mundo en 2009 según la FIFA, será el ariete de esa táctica ofensiva que ha diseñado el DT Diego Maradona, tras abandonar una anterior, más conservadora.

«A Lionel lo veo con muchas ganas e ilusiones. Con ganas de hacer un gran Mundial. Pero cargar toda la responsabilidad en él no está bien (…) pues está dividida entre los 23 que somos en el plantel», dijo el volante Juan «Brujita» Verón, en rueda de prensa, tras la última práctica formal.

La conferencia fue el broche de una jornada en la que Maradona volvió a ensayar una lí­nea de tres defensores respaldada por un volante-lateral y tres hombres en la ofensiva, aunque no lo ha confirmado oficialmente.

Verón, uno de los más veteranos y de hecho un caudillo dentro del grupo, dijo que el equipo «está muy bien con el tiempo de convivencia y gracias a Dios sin ningún problema de salud», en el campamento del Centro de Alta Perfomance de Pretoria.

«Tenemos un técnico (Diego Maradona) que transmite ideas, sentimientos, cosas que han unido mucho al grupo. La convivencia es buena y sólo falta jugar (…) porque aunque nos llevemos bien, si en la cancha no jugamos bien, no sirve de nada», completó la idea el jugador de Estudiantes de La Plata.

El futbolista que cumplió largas temporadas en ligas europeas, como en Inglaterra e Italia, tiene en este Mundial su revancha después de haber sido ignorado en Alemania-2006 por un rendimiento muy criticado por los hinchas en el fracaso de Japón y Corea del Sur-2002, eliminado en primera ronda.

Al anochecer en el campo de juego, Maradona llevó a Messi a solas hasta un corner, justo el más cercano de las cámaras y las miradas de decenas de periodistas, donde le dio instrucciones sobre cómo lanzar tiros de esquina que Gonzalo Higuaí­n intentaba conectar en el área, sin arquero.

La escena pareció una representación para la prensa del ví­nculo que une a los dos apellidos de mayor impacto popular, en un gesto que fue tan premeditado como otro del entrenador al recibir después el saludo de su ex compañero Oscar Ruggeri en la conquista del Mundial México-1986.

El abrazo de ambos marcó una señal para la dirigencia de la liga argentina que se opuso en forma terminante a que «El cabezón» Ruggeri se incorporara al cuerpo técnico como lo deseaba Maradona.

En la rueda participó también el volante Angel Di Marí­a, verdugo de las «Súper Aguilas» nigerianas en la final olí­mpica de Pekí­n-2008 con un gol que le dio el oro a Argentina (1-0).

Pero por obra y gracia de la decisión del DT argentino, los nigerianos no podrán zafar de enfrentarlo el sábado, cuando salten al césped del estadio Ellis Park de Johannesburgo.

«Siento vértigo, siento los nervios de primer partido en un Mundial (de mayores). Se siente la ansiedad de que empiece todo ya», dijo la noche del jueves el volante en rueda de prensa en el cuartel general albiceleste en Pretoria.

Maradona habí­a dicho de él que «va a ser uno de los mejores del mundo», en otra señal de que está a punto de confirmarlo en el equipo titular.